COLUMNA INVITADA

¿Y la evidencia?

Las evidencias sustanciales brillan por su ausencia, mas bien parece un espectáculo legaloide basado en pláticas intervenidas entre delincuentes

OPINIÓN

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José Lafontaine Hamui/ Colaborador/ Opini{on El Heraldo de MéxicoiCréditos: Especial

Todos los seres humanos por el simple hecho de serlo gozan del derecho fundamental a que se presuma su inocencia, los Generales de División, también.  Salvador Cienfuegos, ex secretario de la Defensa Nacional en la administración pasada, fue detenido hace unos días en Los Ángeles y será mantenido bajo custodia por cargos de tráfico de Droga.

Las evidencias sustanciales brillan por su ausencia, mas bien parece un espectáculo legaloide basado en pláticas intervenidas entre delincuentes, escuchas y testimonios de testigos colaboradores; “Miembros de un cártel que platicaban sobre una figura poderosa conocida como El Padrino”.  ¿Ello fue suficiente para iniciar un proceso judicial en contra del mas alto mando del ejercito después del presidente en el sexenio anterior? Al parecer, sí.   La DEA sospechaba que la figura “era un alto funcionario del Ejército Mexicano”, un par de escuchas y argumentos para sustentar los cargos y un juez neoyorquino lo consideró suficiente y ordenó la detención.   “Una de las personas vigiladas dijo a sus compañeros del cártel que “El Padrino” estaba en la televisión en ese momento”. Los agentes según contaron cuatro funcionarios estadounidenses involucrados en la investigación, “revisaron rápidamente para ver quien era y encontraron que se trataba del General Cienfuegos.” “Finalmente confirmamos que el patrón misterioso de uno de los cárteles de la droga mas violentos del país era en realidad el encargado de librar la guerra de México contra el crimen organizado.” ¿Cómo lo confirmaron? No lo dicen, esa información sí la mantienen en sigilo, las acusaciones las hacen públicas diciendo: “Cienfuegos no solo ayudó al cártel H-2, sino que dirigió las operaciones militares a modo que no entorpecieran las actividades de este cártel y coordinó algunas actividades hacia los adversarios de dicho cártel.” ¿Con eso tuvieron para detener a un militar de carrera y ex secretario de la Defensa? Al parecer sí.

La detención del General fue ejecutada diez meses después de la detención de García Luna.  Suponiendo sin conceder que ambos funcionarios efectivamente sean responsables de los hechos que les imputan, es demasiado grave, ya que fueron dos de los comandantes de mas alto rango que hayan tenido bajo sus órdenes la lucha contra el crimen organizado, y de verificarse las acusaciones, entonces prestaban sus servicios al crimen organizado.

Si bien es cierto que resulta muy delicado que con evidencia circunstancial y por el mero dicho de delincuentes colaboradores en espera de acuerdos que mejoren sus sentencias, sea suficiente para detener e iniciar procesos judiciales en contra de altos funcionarios de nuestro país, del pasado y del presente; También lo es, que si los cargos están sostenidos en evidencias y pruebas contundentes, la situación de crimen y sangre que vive México tiene respuestas claras, y entonces sí; podemos sostener que la razón de la inseguridad en México es la corrupción, y se augura un futuro aún mas obscuro ante la imposibilidad de distinguir al crimen organizado de las fuerzas encargadas de combatirlo.

 

POR JOSÉ LAFONTAINE HAMUI
ABOGADO