COLUMNA INVITADA

Morena y su elección interna

Lo que está en juego es mucho: los recursos, las candidaturas para 2021 y, claro, ir preparando una postulación rumbo a 2024

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México

El proceso para la elección del presidente de Morena ha sido complicado y tortuoso, bajo acusaciones de unos y otros, dimes y diretes, golpes bajos de todo tipo y, sobre todo, una lucha encarnizada por el poder. Algunos pensaban que, al llevarse a cabo la elección de su nuevo dirigente bajo la encuesta organizada por el INE, las aguas tomarían su nivel. Qué equivocados estaban.

Todavía una semana antes de la elección se circuló un proyecto de resolución de un magistrado del Tribunal Electoral, donde se amenazaba con enrarecer más el ya de por sí descompuesto proceso, ya que se proponía revocar el procedimiento de la encuesta, para dejar al actual dirigente Alfonso Ramírez Cuéllar, hasta después del proceso electoral de 2021.  

Afortunadamente, se impuso la sensatez y el estado de derecho. De esta manera, el Tribunal Electoral confirmó por unanimidad designar al presidente y secretario general de Morena, a través de una encuesta abierta organizada por el INE.

Dos eran los reales contendientes, los diputados federales Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado. Quienes apoyaban a Porfirio atacaban a su contrincante diciendo que se le entregaría una ventaja en la carrera presidencial al canciller Marcelo Ebrard, de ganar Mario.

Los que apoyaban a Mario, decían que, de ganar Porfirio, se favorecería en la carrera a Palacio Nacional a Claudia Sheinbaum. La verdad es que en eso de especular somos los mejores. Es obvio que tanto el canciller como la jefa de Gobierno tendrán sus favoritos y no fueron indiferentes en la elección a la dirigencia de Morena, pero de eso a que les garantice ser el candidato del partido en la próxima elección presidencial, hay una gran diferencia

En la política pareciera que se vale de todo, menos ser ingenuo. Claro que la elección para renovar la dirigencia del partido es una lucha por el poder, para ver qué grupo controla los recursos de Morena, las candidaturas en las próximas elecciones y, claro, ir preparando una posible candidatura rumbo a 2024.

Pues la elección seguirá en suspenso, ya que Porfirio Muñoz Ledo (25.34%) y Mario Delgado (25.29%) tienen un empate técnico en las encuestas y tendrán que ir a una segunda ronda.

Lo que está en juego es mucho, controlar al partido en el poder, con lo que esto implica. Pero al final y para efectos del 2024, diría el clásico: “no se hagan bolas”. Como ha pasado sexenio tras sexenio, será el Presidente en turno quien decidirá quién será su sucesor.

Claro, en el momento de decidir tendrá que tomar en cuenta las variantes del caso, como lo han hecho todos sus sucesores. El posicionamiento de los contendientes en las encuestas, su aceptación popular y, lo más importante, las posibilidades reales de ganar las elecciones.

Así que señores, sigan a otro clásico: “el que se mueve no sale en la foto”. Además, de que al parecer la suerte está ya echada. Al final los dos grupos van a quedar contentos, ya que Citlalli Hernández será la próxima secretaria general del partido, así quedan incluidos los que simpatizan con Bertha Luján, cercana a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Sí, falta darle espacios al otro grupo en la lucha por el poder dentro del Lópezobradorismo. Así que la presidencia de Morena podría recaer en Mario Delgado. ¿Sera?

 

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
COLABORADOR
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