Víctor Espíndola Castro, jefe del Grupo de Análisis del Servicio Sismológico Nacional de la UNAM, explicó que estos enjambres sísmicos que se están registrando en la Ciudad de México (CDMX ) ocurren por la cantidad de fuerza acumulada dentro de las fallas geológicas localizadas en la Cuenca de México, en particular en la zona Poniente, generando estos microsismos.
En entrevista para el programa de “Las Noticias de la Mañana”, con Mario Maldonado, que se transmite mediante la señal de El Heraldo Media Group, Víctor Espíndola Castro señaló que estos microsismos no son un caso particular de la CDMX, ya que también ocurren en otras entidades de la República Mexicana, como en Cabo San Lucas, que ha registrado un enjambre sísmico que ha durado muchos meses.
Es parte de la naturaleza y desgraciadamente no podemos predecir la cantidad de sismos que van a ocurrir”, mencionó el experto en sismos de la UNAM.
Espíndola Castro recordó que en el 2023 se registró un enjambre sísmico en la región de Mixcoac o en los meses de mayo en la zona de San Ángel Inn, ambas ubicadas en la Ciudad de México.
Indicó que estos enjambres sísmicos están asociados a fallas tectónicas que se ubican hasta 1.5 kilómetros de donde ocurre este conjunto de eventos telúricos.
El jefe del Grupo de Análisis del Servicio Sismológico Nacional señaló que hasta este momento se desconoce el potencial sísmico de estas fallas tectónicas por lo que no sé sabe cuánto tiempo más podrían seguir ocurriendo estos temblores o en el peor de los casos puedan incrementarse generando un movimiento de mayor magnitud.
Sobre la grieta que apareció en la zona de Plateros-Mixcoac, el especialista confirmó que sí se ha registrado una deformación en el suelo de ese lugar, sin embargo, esta es muy superficial por lo que no podría estar conectada a una falla tectónica, ya que está tienen una profundidad no menor a 500 metros.
Microsismos no evitan un temblor de mayor magnitud: Arturo Iglesias
Por su parte, Arturo Iglesias, jefe del Servicio Sismológico Nacional de la UNAM, dijo en entrevista para el programa “Reporte H”, de Heraldo Televisión, explicó que este tipo de microsismos de magnitudes pequeñas se sienten violentas en las localidades donde se presentó el epicentro del movimiento telúrico.
La cercanía con el epicentro lo que hace es aumentar la intensidad, la magnitud no, pero la intensidad si de tal manera que las sacudidas son violentas”, indicó el jefe del Servicio Sismológico Nacional.
Añadió que los habitantes de la Ciudad de México no están acostumbrados a que la zona en la que habitan sea epicentro de un sismo, mientras que en las entidades la percepción de esto es más natural.
Por ejemplo en el estado de Guerrero la gente de Coyuca Benítez, la gente está muy acostumbrada a sentir estos movimientos rápidos que pueden ser violentos, además de los sismo grandes que pueden tener sus repercusiones”, explicó.
Arturo Iglesias desmintió que la frecuencia de sismos no disminuye la posibilidad de una temblor de mayor de grandes magnitudes como se cree, porque se requerirían muchísimos sismos pequeños para liberar la energía de un sismo grande. Señaló que la energía equivalente que se necesita para un sismo de magnitud 8 es alrededor de 30 veces lo que se genera para un sismo de magnitud 7.
Por lo que estos microsismos no representan nada para evitar un sismo de energía acumulada, sentenció el experto.
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