El calor no da tregua, por eso muchas personas recurren al aire acondicionado para mantenerse frescas. Pero esto podría provocar distintas enfermedades, pues los aparatos pueden albergar una bacteria peligrosa que amenaza la salud: Legionella pneumophila, responsable de la enfermedad del legionario.
Legionella pneumophila es una bacteria gramnegativa que causa la enfermedad del legionario y la fiebre de Pontiac. Esta bacteria se encuentra comúnmente en ambientes de agua dulce, como lagos y ríos, pero también prospera en sistemas de agua artificiales, como torres de enfriamiento, tanques de agua caliente, sistemas de plomería y aire acondicionado.
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¿Cuáles son los síntomas?
Estos síntomas pueden confundirse fácilmente con otras enfermedades respiratorias, por eso es importante un diagnóstico temprano y preciso. La aparición de estos síntomas, especialmente después de haber estado en un edificio con aire acondicionado, debe ser motivo de preocupación. La enfermedad del legionario se manifiesta entre dos y diez días después de la exposición a la bacteria:
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares
- Fiebre alta (40°C o más)
- Tos persistente
- Falta de aliento
- Dolor en el pecho
- Náuseas, vómitos y diarrea
- Confusión mental
¿Cómo prevenir la enfermedad del legionario?
Los brotes de la enfermedad del legionario pueden prevenirse con un mantenimiento adecuado y cuidados simples de los sistemas de aire acondicionado y gestión del agua en los edificios. Es importante revisar y limpiar regularmente los sistemas de enfriamiento por agua para evitar la acumulación de bacterias, lo que incluye desinfecciones periódicas y monitoreo constante de los niveles de Legionella.
Aunque el aire acondicionado proporciona alivio en los días calurosos, es importante estar conscientes de los riesgos asociados. La Legionella pneumophila es una amenaza silenciosa que puede ser controlada con un mantenimiento y monitoreo adecuado, pero si empiezas a sentirte mal, es importante que acudas al médico.