Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) detuvieron a un joven de 18 años dentro de una escuela del plantel 6 del Colegio de Bachilleres, ubicado en la alcaldía Iztapalapa, luego de que fuera sorprendido vendiendo aparente cocaína a estudiantes, disfrazada en envoltorios de dulces.
Los hechos ocurrieron en el plantel ubicado en la colonia Unidad Habitacional Vicente Guerrero, localizado en el cruce de la avenida Antonio Díaz de Soto y la calle Campaña de Ébano, cuando profesores alertaron a los oficiales sobre la presencia de un individuo que intercambiaba sustancias ilícitas por dinero con alumnos.
Al realizar una revisión, los policías encontraron 26 dosis de un polvo blanco similar a la cocaína, ocultos en envoltorios de dulces, así como 25 pequeñas bolsas con cierre hermético que contenían la misma sustancia.
De acuerdo con las autoridades escolares, el detenido era exalumno de la institución y había sido expulsado hace un mes por ofrecer drogas a sus compañeros. Pese a haber sido expulsado, en esta ocasión ingresó al plantel utilizando la identificación de otro estudiante. El joven fue puesto a disposición del Ministerio Público, quien se encargará de definir su situación legal y llevar a cabo las investigaciones correspondientes.
Casi 13 carpetas abiertas cada día en la CDMX por este delito
En la Ciudad de México se han abierto un total de 3,566 carpetas de investigación por el delito de narcomenudeo entre el primer día de enero de este año y el último de septiembre, hasta donde se tiene registro en las cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Esto se traduce en un promedio de 12.87 casos cada día durante los primeros nueve meses del año de 2024. El mes con más denuncias fue abril, con 496, mientras que septiembre, con 298, se encuentra en el último lugar.
Narcomenudeo, habitual en las escuelas
El narcomenudeo en escuelas pone en riesgo la seguridad, salud y bienestar de los alumnos; sin embargo es una práctica frecuente, pues las escuelas son lugares donde se concentra un gran número de jóvenes, lo que las convierte en un mercado potencial para los vendedores de drogas.
Los adolescentes son más susceptibles a la presión social y a la experimentación, lo que los hace blancos fáciles para los traficantes. En algunos casos, la falta de vigilancia adecuada en las escuelas puede facilitar la venta y el consumo de drogas.
Asimismo, la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades pueden ser factores que impulsen a los jóvenes a involucrarse en actividades ilícitas.
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