HISTORIAS DEL NARCO

“La Canti”: la atractiva mujer de aspecto amable que era una peligrosa narco bajo el cuidado del Cártel del Golfo

Cuando fue arrestada, se le encontró un cofre lleno con joyas de oro, relojes de alta gama y otros tesoros

NACIONAL

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"La Canti" quedño presa en Santa Martha.Créditos: Especial

Cantalicia nació en Reynosa, Tamaulipas en la década de 1960 y cuando cumplió 20 años de edad se fue a McAllen, Texas, para trabajar como vendedora de ropa toda vez que no quiso continuar en la escuela al dejar la preparatoria cuando cursaba el tercer semestre. Sus apellidos son Garza Azuara, los mismos que sus hermanos Josué y Juan Óscar, éste último era mejor conocido en el narcotráfico como “El Barbas”, uno de los principales operadores del Cártel del Golfo que dirigía Osiel Cárdenas Guillén.

Tras cuatro años de laborar en McAllen, Cantalicia decidió abrir su propio negocio en la confección de ropa por lo que contrató a tres modistas y se enfocó en hacer prendas para niños. Para 2002, la mujer tuvo un hijo y poco después se separó del padre del niño. Cantalicia quiso emprender ahora en la venta de teléfonos celulares en la compañía Cellular One, pero lo abandonó para ahora vender joyería de fantasía donde su riqueza comenzó a crecer.

De tal manera que de pronto la mujer tamaulipeca consiguió un crédito por 18 mil dólares del Lone Star Bank con el que abrió un restaurante al que llamó Mi Ranchito y se ubicaba en Texas, el negocio le representaba ganancias por 8 mil dólares aproximadamente al mes, de ahí abrió el bar Fifty Seven además de una estética para que atendiera su mamá.

“La Canti” como lavadora de dinero

Justo en el Fifty Seven, la entonces Policía Federal identificó que acudieron sus hermanos narcos para presenciar un show que pondría al bar en el escrutinio de las autoridades. La visita de los hermanos y demás invitados especiales se debió a que Gloria Trevi se presentaría en concierto; sin embargo, en ese evento donde las autoridades arrestarían a los capos, no hubo nada y solo quedaron tirados en el piso propaganda de aquel concierto, de acuerdo con medios locales.

Tanto las autoridades del país, así como las de Estados Unidos, indicaron que Cantalicia también conocida como “La Canti”, lavaba dinero proveniente del narco a través de sus negocios que impulsó; pero además la señalaron de ser parte de los procesos del Cártel del Golfo. Un testigo protegido identificado como “Karen”, un exmiembro de Los Zetas, testificó en 2007 la manera como operaba la mujer.

"El Barbas" y su hermana "La Canti" al ser arrestados Foto: Especial

Indicó que “La Canti” tenía la función de mover los dólares en grandes cantidades los cuales los escondía en inmuebles y en bodegas que compraba o rentaba. Además precisó que tenía contactos cercanos en la aduana de Reynosa lo que le facilitaba pasar desde equipo táctico militar y armas. Otro testigo más, “Édgar”, reveló que con frecuencia la mujer pasaba con frecuencia de McAllen a Reynosa con maletas llenas de dinero y joyas.  

Aseguró que alguna ocasión utilizó a una mujer embarazada y a unos niños para que pasara desapercibida. Con el padre de su hijo, Ricardo Muñiz, su relación estuvo cercana a pesar de la separación y de su vástago, ya que el hombre seguía dentro de los negocios del narco tanto con ella como con sus excuñados hasta que fue arrestado en Mission, Texas cuando llevaba 30 kilos de cocaína.

De aspecto amable, pero trato áspero 

Al ser interrogado, Muñiz confesó el vínculo narco y de lavado de más de un millón y medio de dólares que hizo con su expareja. Con el testimonio y el seguimiento que les hacían las autoridades, finalmente “La Canti” y sus hermanos fueron arrestados el 17 de abril de 2007. Según los reportes policiacos, la mujer pesaba 53 kilos y mide 1.54 metros. Tiene tez blanca y ojos color café oscuros al igual que su cabello.

"La Canti" fue arrestada junto con uno de sus hermanos. Foto: Especial

Cantalicia fue acusada y procesada acusada de haber participado en los delitos de delincuencia organizada, narcotráfico y lavado de dinero. Dentro de la cárcel de mujer de Santa Martha Acatitla, “La Canti” quedó recluida en los tiempos cuando también estuvo encerrada Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”.

“La Canti” quedó arriba de la celda de Ávila Beltrán, en el piso 3. Según el diario El Noroeste, la vinculada con el Cártel del Golfo era descrita por sus compañeras en prisión como una mujer sumamente atractiva "de esas que no necesitan maquillaje", la cual tenía un aspecto amable, pero de trato áspero.

Luego de ser detenida, la policía encontró que “La Canti” tenía un cofre lleno con joyas de oro, además de otros objetos de lujo como relojes de alta gama como Rolex, Piaget, Bvulgari, Cartier, Lancaster, Waliham y Seiko, los cuales además casi todos ellos estaban bañados o elaborados con oro con piedras preciosas incrustadas. El valor de los objetos en el cofre ascendían a casi 5 millones de pesos.

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