Es increíble que se culpe a Omar García Harfuch por lo que dicen que hizo su abuelo, al que él ni conoció y que nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador ya deslindó de acusaciones falsas.
Es absurdo y cruel que se le pida que se desvincule de su padre, al que desgraciadamente perdió cuando él era apenas un adolescente. Conociendo a Harfuch, nunca se va a deslindar de su padre porque además de que lo ama, es hombre de fe y principios. Estoy seguro que siempre ha asumido con convicción, su obligación de honrarlo y no cambiará para quedar bien con nadie o por un cargo.
Además, es absolutamente injusto que se le critique por que su madre, la actriz María Sorté, haya comentado en medios del espectáculo, el infierno que vivió con el atentado a la vida de su hijo.
¿Cómo se le quiere limitar a una madre el derecho a expresarse, cuando su hijo vivió un atentado contra su vida, en el que se hicieron más de 400 disparos y de milagro salvó la vida, siendo herido de balas, en el que murieron dos de sus mejores amigos y una mujer que lamentablemente pasaba por el lugar de los hechos?
Harfuch, como hombre que se ha enfrentado personalmente a los enemigos de la sociedad, conoce el valor de la amistad y la lealtad. Y lo que dijo su madre en medios del espectáculo, lo hizo porque es actriz y además de que seguramente no la buscaron los periodistas Hernán Gómez o Julio Hernández para entrevistarla, lo cual parece haber sido un “pecado capital” de ella y su hijo.
Julio Hernández, a quien conocí cuando él trabajaba en el PRI y que era el Secretario de Nuevas Expresiones Políticas del Comité Ejecutivo Nacional, ¿ahora le pide a Harfuch que se deslinde de la militancia política de su padre?. Y ¿Se le podría pedir a Hernán Gómez que se desvincule de las frivolidades que dice y hace su hermano que trabaja en Televisa?, porque como dice Gómez “la familia determina a las personas”.
¿Ahora resulta que un grupo de “abajo firmantes”, certifica quien es progresista y de izquierda por encima de la decisión de la sociedad, aun y cuando, ninguno de ellos haya salido a la calle para proteger a ningún mexicano o mexicana?.
¿De verdad, ser policía por vocación es contrarrevolucionario?. ¿Sabemos a cuantos delincuentes ha detenido Harfuch y cuantas veces a puesto en peligro su vida en servicio a la sociedad?.
Compararlo con Enrique Peña o Miguel Mancera es un despropósito. Ellos, además de frívolos y corruptos, nunca arriesgaron su vida por nadie.
¿Ahora resulta, que el compromiso de Morena de que el pueblo decida, sólo es valido si lo decide un grupo de “pocos pero sectarios”?, ¿ahora resulta que los derechos que la sociedad ha ido conquistando por medio de aproximaciones sucesivas y en especial por la lucha de la izquierda mexicana ya no son para todos y todas?.
Entiendo que la contienda por el poder puede sacar lo mejor y lo peor de las personas, pero esto que se esta haciendo contra el Omar García Harfuch, es una bajeza que atenta, no solo contra él y sus derechos políticos. Con acciones así, se vulneran los derechos de todas las personas que vivimos en la CDMX.
Si las y los ciudadanos consentimos este tipo de aberraciones anti-derechos humanos, después no nos quejemos que los derechos de todas y todos los mexicanos, se vulneren por los “únicos progresistas de izquierda” que en nombre de su “superioridad moral”, definan quienes pueden o no ejercer los derechos que la Constitución nos reconoce.
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