JALISCO

Hogar Cabañas en Guadalajara: 57 años, a la espera de adopción

Luz es la residente más longeva del legendario hospicio

NACIONAL

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ANHELO. Aunque Luz es muy querida en el Hogar Cabañas, ella mantiene su sueño de tener una familiaCréditos: Adriana Luna

Luz llegó al Hogar Cabañas desde recién nacida. Ha visto cómo miles de niños han sido adoptados por una familia y ella no entiende por qué no la eligen. Aunque reconoce que es feliz, dice que le gustaría vivir afuera del hospicio.

Luz tiene 57 años, pero mentalmente no llega a los 10 años. “Tengo como nueve”, responde cuando se le pregunta.

–¿Cuándo llegaste al Cabañas?

–Uh, desde el otro hospicio, en el grande –dice refiriéndose al edificio histórico que hoy es Patrimonio de la Humanidad.

Mientras barre el patio del Hogar Cabañas –una de las instituciones más añejas de Guadalajara y querida por los tapatíos–, afirma que le gusta sentirse útil; ella ayuda en la limpieza del lugar.

“Sí, soy feliz. Pero también me gustaría trabajar afuera, para ganar más (dinero)”, y enseguida comienza a enlistar con orgullo todos los quehaceres que sabe hacer a perfección: “Limpieza de casa, lavar loza, barrer, trapear, sacudir, todo lo que hago aquí”.

A Luz le encanta escuchar música y cantar cuando hace los quehaceres. Le fascinan las canciones de Julión Álvarez, Vicente Fernández y la Banda El Recodo. De pronto se le quita la pena y comienza a cantar “Allá en el rancho grande”.

La directora de la Casa Hogar Cabañas, Rebeca Melgar, comenta que Luz les da gran alegría a todos, pero también muestra el carácter fuerte que tiene para defender sus pensamientos.

“Ella es la residente más longeva que tiene el Hogar Cabañas. Tiene bastante carácter, no se deja de nadie, pero es muy compartida con todos. Ella convive con todos, desde el más chiquitito hasta adolescentes y todo el personal. Si ella siente que algún otro niño o residente la señala, no tiene empacho en decir: no”, detalla la directora.

Luz es la única que ha vivido toda la transformación el Hogar Cabañas: vivió en el antiguo recinto, estuvo bajo el cuidado de las monjas, estrenó la nueva casa y ha estado en todas las administraciones de gobierno, sin importar colores.

“Conoce a todos y el instituto desde siempre, ha pasado por todas las administraciones y le han tocado todos los cambios. De hecho, le tocó cuando la Casa Hogar era dirigida por monjitas. Ha ido transitando todas las generaciones, todos los cambios, adaptándose súper bien y acompañando al Cabañas. Ella puede decirnos perfectamente lo que vivió en lo que hoy es el Museo Cabañas”, explica Melgar.

Aunque las décadas siguen transcurriendo y su cabeza luce pelo ya cano, Luz desea en su corazón tener una familia propia y ese sueño lo abraza fuertemente.

“Es una residente que aporta y ayuda en diversas actividades, es todo un referente para niños y adolescentes y para todo el personal que aquí trabaja, por su valor, por su entusiasmo, por sus ganas de seguir soñando, creciendo y seguir deseando una familia, y sobre todo, ¡no darse por vencida!”, asegura la directora.

Actualmente el padrón de niños y adolescentes residentes en Casa Hogar Cabañas es de 305, pero los menores tutelados por el Estado son 511 (la cifra cambia frecuentemente).

Durante la pandemia crecieron los ingresos de menores que sufrían maltrato en el seno familiar.

“Las familias no se han podido recuperar económicamente. Está influyendo bastante a que aquí tengamos a hijos, hermanos, y que las familias estén más fracturadas. Este es el albergue del estado, cuando Fiscalía o Ciudad Niñez que son las instituciones encargadas de retirar a los niños violentados, nosotros somos la primera opción. Aquí se brinda formación integral. El 100 por ciento de los niños vienen de una situación de violencia, omisión de cuidados, o sus familias abusaron física y emocionalmente”, añade Melgar.

CAR