En conversación telefónica, los presidentes de Estados Unidos y México acordaron ayer atender el problema de la migración centroamericana que se dirige a Norteamérica con “mucho mayor inversión” en esa región, y comenzar negociaciones en esta semana en Washington.
La llamada privada entre ambos mandatarios fue al medio día y duró poco más de 50 minutos. Al término, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó en sus redes sociales que la conversación fue “cordial” y anunció que pactó con su homólogo estadounidense, Joe Biden, que el secretario Marcelo Ebrard Casaubón acuda a la capital estadounidense el próximo lunes para continuar con los acuerdos.
“Tuvimos una cordial conversación con el presidente Biden. Tratamos temas de interés en la relación bilateral y acordamos que el secretario Marcelo Ebrard visitará Washington el lunes para avanzar en temas de cooperación para el desarrollo y sobre la Cumbre de las Américas”, publicó.
En un comunicado, la Presidencia de la República destacó que Biden y López Obrador coincidieron en ampliar el trabajo conjunto con otros países de la región para garantizar medios de vida seguros y sostenibles para sus ciudadanos y poblaciones migrantes, incluyendo la creación de empleos en Centroamérica y ampliar las vías legales para migrantes y refugiados.
Igualmente, prometieron “promover estos esfuerzos con socios regionales clave y en foros multilaterales hacia una nueva y sólida declaración sobre migración y protección”.
Por su parte, desde Estados Unidos, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, destacó que la llamada se centró en migración, la toma de medidas para reducir los flujos de emigración desde países centroamericanos y la coordinación económica para el desarrollo de la región.
MAAZ