JALISCO

Fotografías salvaron a niños tras explosiones en sector Reforma de Guadalajara hace 30 años

Con imágenes, recuperan a menores tras estallido en Guadalajara

NACIONAL

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Los padres de Dario (arriba) pudieron demostrar su parentesco con una foto que tenía su mamá. Lidia Casillas (der.) atendió a muchos menores.}Créditos: Especial

Darío quedó bajo los escombros de su vivienda el 22 de abril 1992, un vecino lo rescató, lo trasladaron al antiguo Hospital Civil de Guadalajara para ser atendido de sus múltiples heridas. Una fotografía le permitió ser reclamado y entregado a sus padres. Hoy el treinteañero tiene dos carreras profesionales.

“Anduvimos buscándolo, me decían que fuera al SEMEFO, yo no quería ver muertos. Me encaminé al hospital, me preguntó un guardia a quién buscaba, le dije que a un bebé. Me dijo que el había recibido uno, muy malito, y me llevó. Todo era un caos. Llegamos al área de Pediatría y nos dijo ‘ahí está’. Había médicos a su alrededor. De inmediato lo reconocí —recuerda entre llanto—. ¡Es mi bebé! ¡Era Darío!”, recuerda Silvia, su madre. No pudo abrazarlo porque estaba canalizado.

Lidia Casillas, era enfermera jefa de piso en el área de Pediatría en el Hospital Civil Juan I. Menchaca, recuerda que llegaron un sin número de niños heridos, sus casas se vinieron abajo con la serie de explosiones en el sector Reforma de Guadalajara.

“La ciudad era un caos, te rompieron esa rutina y confort. Era un instinto de proteger a los niños, muchos bebés de brazos. Lloramos mucho, eso sí, no nada más lo padres lloraban también el personal de enfermería. Era un caos, los médicos que estaban en el Hospital se llevaron a varios niños intentando evacuar porque se había corrido el rumor que las explosiones iban a seguir por la zona de la Calzada Independencia, había mucho temor y se los llevaron en sus vehículos hasta Loma Dorada. Como 5 o 6 de la tarde ya no sabían que hacer porque tenían hambre, después regresaron. El piso era un caos porque acomodábamos hasta tres niños en una cuna, la mayoría traía golpes (por las explosiones) pero que estaban estables y en Urgencias estaban todos los que traían lesiones”, dijo en entrevista con El Heraldo de México.

Una fotografía era tan valiosa como para oficializar la entrega del menor a sus familiares pues toda la documentación se había perdido al derrumbarse sus viviendas.

“Algunos llevaban fotos, pocos traían documentos. Las trabajadoras sociales confiaron que eran los padres, actuaron de buena fe, porque los niños se les dejaban ir a los brazos cuando veían al papá, la mamá o la tía. Haber estado ahí es una mezcla de sentimientos, era miedo, zozobra, ¿qué iba a seguir? Al salir mi turno, me fui a hacer una guardia a un hospital privado porque no tenían enfermeras. Un doctor había operado a un niño prematuro de un riñón, llegó desesperado y me rogó que fuera a atenderlo. Al salir fue impresionante ver las calles con ruidos de patrullas y ambulancias, no había transporte, no había taxis, ni camiones, gente prestaba sus vehículos para trasladar a personal médico. Pero, quedé satisfecha de haber hecho lo correcto, no me podía quedar en mi casa, era enfermera tenía que ayudar. Es única esa sensación”.

Eso mismo sucedió con Darío, su madre recuerda que unos días antes había revelado unas fotografías, pero por el estrés laboral no las había sacado de su bolsa de mano. Sin embargo, esto se convirtió en una fortuna porque con ellas pudo demostrar que era la madre del bebé.

“Afortunadamente en mi bolso traía un sobre con unas fotos que había revelado tres días antes y no las había sacado, fue la prueba de que sí era mi hijo”.

Por su parte, Sonia Solorzano, también sobreviviente de la tragedia comentó a El Heraldo de México que cada aniversario se torna más lejano el acceder a la justicia. Asegura que muchos funcionarios públicos los perciben como una molestia.

“Es el aniversario más triste, más doloroso. Seguir luchando por un poco de justicia, cada vez la vemos más lejana. Los funcionarios día a día son cada vez más insensibles al tema 22 de abril. Te demuestran su enfado, su enojo, su molestia. Ellos nos ven con rostro de que estamos pidiendo dinero, no entienden o no quieren entender que lo que buscamos es justicia. ¡Creo que nos la merecemos! Nadie nos ha dado ese derecho a la justicia. Yo no pedí vivirlo, yo no pedí ser una persona con discapacidad y lo soy. La desatención, estos gobernantes no tienen sentimientos, pero no nos van a detener en la lucha, me he convertido en una persona resiliente, he aprendido a sobrevivir la tragedia y no pienso detenerme. La mayoría de los compañeros (damnificados) son de la tercera edad”.

Aunque han transcurrido tres décadas de esta cicatriz tapatía, hasta el momento no hay responsables de las muertes ocurridas 212 según cifras oficiales, 69 desaparecidos, mil 470 personas heridas. Las explosiones que destruyeron aproximadamente ocho kilómetros de calles y viviendas fueron causadas por la acumulación de hidrocarburo en el drenaje. Aunque los vecinos reportaron fuertes olores, se hizo caso omiso a niveles de explosividad, hasta que la tragedia ocurrió.

A pesar de la inconformidad de los damnificados -algunos con discapacidad física por las lesiones sufridas-, no habrá manifestaciones, sólo eventos cívicos y culturales.

“Habrá una mesa (para recordar lo ocurrido) a las 10 de la mañana. Un evento cívico a las 11 horas en el monumento (Estela Contra El Olvido) como cada año. Por la tarde será a partir de las 5:00 de la tarde será la presentación de dos libros y un documental”, Lilia Ruíz Chávez, representante del Grupo Abril en Guadalajara.

Ayer, la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco indicó que no se ha cumplido con la reparación integral de los daños, e hizo un llamado a los poderes Legislativo y Ejecutivo para que atiendan la recomendación de 2020

PAL