El término médico para el enfermedad que tenía Juan era hepatocarcinoma, aunque se suele conocer más como cáncer de hígado. Los pronósticos fueron desalentadores de inicio, ya que se tenía previsto que había muy pocas posibilidades de que sobreviviera.
Pese a que el tumor maligno que había en el cuerpo del paciente suele estar relacionado con infecciones por virus de hepatitis o alcoholismo, en el joven se presentó sin una causa aparente.
La única esperanza que tenía el IMSS para el hombre era una cirugía, la cual fue realizada por el doctor Luis Tinoco Téllez, cirujano oncólogo de esta la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE).
La juventud de Juan pudo haber ocasionado que no tuviera los síntomas clásicos de la enfermedad, los cuales son color amarillo en la piel, pérdida de peso, disminución del apetito y dolor, aseguró su médico.
Lo que sí tenía el paciente era una lesión voluminosa que en caso de ser extraída dejaba muy poco tejido de hígado, lo cual ponía en peligro su vida.
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"El caso del paciente se trató en junta multidisciplinaria del servicio de Oncología y se determinó iniciar con un tratamiento sistémico por parte de la doctora Gretel Berenice Oropeza Santana, adscrita al servicio de Oncología Médica, para después hacer un abordaje por etapas del tumor, que consistió en un procedimiento llamado quimioembolización transarterial", infomó el IMSS sobre el caso en un boletín informativo para hablar de este proceso.
Este procedimiento consiste en focalizar la quimioterapia hacia la zona afectada y además aplicarle microesferas de un material especial que impide la irrigación sanguínea por parte del tumor.
Esto disminuye el tamaño del cuerpo extraño y ocasiona que el tejido hepático aumente su volumen, por lo que es más fácil de combatir.
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El doctor Luis Tinoco Téllez retiró la mitad del hígado de Juan en una cirugía que duró al menos siete horas. Debido al procedimiento, el organismo del joven terminó débil, por lo que tuvo que ser llevado a la zona de terapia intensiva, donde se le brindó apoyo respiratorio.
Pasaron dos días en los que el hombre luchó por su vida, pero al final su cuerpo pudo asumir sus funciones básicas. En total pasó siete días interno y posteriormente pudo salir de la clínica.
Han pasado dos meses desde entonces, por lo que Juan ha podido volver a realizar su vida, ya que el tumor no ha vuelto a manifestarse.
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“Cuando hablan de cáncer se va toda la vida, piensan que te vas a morir o que todo se te acaba. Pero la atención fue muy buena, desde el principio me dieron todo lo que se ocupaba. Recomiendo el servicio porque sí es bueno, te dan la atención que necesitas. Les agradezco por haberme sacado adelante, el autoestima es lo más importante, no dejarse caer en la enfermedad. Mi familia es lo principal para seguir y estar bien con ellos; gracias a mi esposa que ha estado siempre conmigo”, compartió Juan, originario de León, quien cuenta con 31 años.