Sabemos que el último año ha sido difícil para todos. Hemos tenido que enfrentar situaciones que ni en el FODA más catastrófico tenía contemplado, desde la pérdida de empleos, reducción de presupuesto, cierre de negocios, pérdida de seres queridos, problemas de salud mental, además del número impresionante de casos de COVID. Ante tal situación existe una urgencia de esperanza, de buenas noticias y de un panorama más confortante.
Por supuesto que las buenas noticias escasean, y el ánimo está por los suelos, pero es justo cuando, como empresas, como áreas de responsabilidad social, más te necesitan tus colaboradores y la sociedad. Es cuando más impacto tienen tus programas y acciones.
Si desafortunadamente tuviste que recortar personal o bajar sueldos, si tuviste que “ajustarte el pantalón” como coloquialmente se dice, es importante hacer más con lo menos y poder brindar tranquilidad y seguridad a tus colaboradores y stakeholders que dependen de ti.
Como empresa, para seguir funcionando; el reto suena complejo pero, existen herramientas muy precisas para poder seguir brindando certeza interna y externamente, y el voluntariado corporativo es una de ellas.
Entre los beneficios comprobados del voluntariado corporativo tenemos: el poder ayudar a las comunidades más necesitadas, incremento en el compromiso laboral, mejor reputación corporativa, mejor clima laboral.
Además de que los participantes, por estar en estos programas, tienen un mejor ranking en las búsquedas de empleo futuras por el desarrollo de habilidades que conllevan (cuando no son voluntariados meramente asistencialistas). Dentro de dichas habilidades destacamos el liderazgo, trabajo en equipo y mayor orgullo institucional.
Ahora, hablando en datos duros, según estudios de Realized Worth, las empresas que implementaron programas de voluntariado, vieron un aumento de 16% en su rentabilidad, un incremento de 18% en la productividad general y 12% más lealtad por parte de sus clientes, ya que fomenta la unión entre los trabajadores y el sentimiento de pertenencia a la empresa, y sirve como palanca para atraer talento comprometido.
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¿Cómo implementar el voluntariado en una empresa?
Existen tres modelos para impulsar el voluntariado dentro de tu empresa, que consisten en: formar a los colaboradores en habilidades, facilitando las herramientas necesarias para llevarlo a cabo.
Desarrollar estrategias para canalizarlo desde dentro de la empresa en sus diferentes áreas y personal clave del organigrama; y por último, desarrollarlo conjuntamente con organizaciones expertas que te pueden llevar de la mano para lograr el éxito esperado.
Como mencionaba anteriormente, los retos que ha traído la pandemia son importantes y las organizaciones no podrán hacerlo solas, por eso es tan importante implementar acciones en tu empresa.
El voluntariado también se ha adaptado a las nuevas realidades, tanto de los colaboradores, las empresas, como para los beneficiarios, y las organizaciones han tenido que repensar cómo seguir generando este valor social con presupuestos y tiempos ajustados, de manera virtual y la motivación para participar.
En América Solidaria no solo nos adaptamos, sino que nos reinventamos para poder generar iniciativas innovadoras, co-creadas junto con las empresas para seguir generando impacto en latinoamérica. Conoce de cerca nuestro programas, participa de ellos y lleva la satisfacción a tus colaboradores de que pueden seguir aportando a la sociedad y además de que pertenecen a una empresa preocupada y ocupada por su bienestar.
Por: América Solidaria México
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