ORGULLO LGBT+

Día del Orgullo LGBT+: ¿Por qué no debes exigir un ‘Día del Orgullo Heterosexual’?

Históricamente, la Comunidad LGBT+ ha sido blanco de discriminación y exclusión, te contamos por qué es necesario visibilizar su lucha

NACIONAL

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El Orgullo LGBT+ no sólo es asistir a una marcha, comprende toda una lucha por la inclusión y el respeto a los derechos humanos. Foto: Cuartoscuro

Junio es el mes de la Diversidad Sexual y aunque la Comunidad LGBT+ lo conmemora y celebra todos los días, lo cierto es que el 28 de junio es oficialmente el Día del Orgullo LGBT+, cuyo desglose es Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, y +, signo utilizado para poder incluir todas las identidades que integran a esta comunidad (Transexual, Trasvesti, Queer, Intersexual, Asexual), más las que puedan sumarse (como Demisexual o Pansexual), porque hay espacio para todos.

Por muchos años, la Comunidad LGBT+ ha sufrido discriminación y falta de respeto a sus derechos, su lucha ha sido menospreciada por personas con distinta orientación o identidad sexual, heterosexuales, principalmente, quienes les reprochan el querer imponer “sus ideologías o modas” y más aún, les exigen también su propio ‘Día del orgullo heterosexual’.

Esta es una frase recurrente que se le escucha decir a las personas que buscan invisibilizar la lucha de la comunidad LGBT+ por sus derechos, “es complicado lidiar con la gente que piensa así, los heterosexuales y las personas que son binarias (que se reconocen como femenino o masculino) nunca han sido discriminadas o han tenido que callarse”, señala Aglaé Contreras, creadora de Rábanos Chilangos, un podcast hecho por la comunidad LGBT+ pero cuyo auditorio principal no necesariamente debe formar parte de ésta.

Y es que ser heterosexual nunca ha sido mal visto, ya que todas sus prácticas sociales son aceptadas, “nunca han tenido que luchar por no ser juzgados por amar a alguien o por tener una identidad diferente a la que nacieron…. por lo que consideran que el hecho de que haya un Día del Orgullo LGBT+ es como darle permiso o su aprobación a la comunidad”, dice Aglaé en entrevista para El Heraldo de México

Pertenecer a la Comunidad LGBT+ y hacer valer tus derechos es una lucha de todos los días, no sólo para poder casarse o adoptar hijos, explica la podcaster, sino incluso para poder dejar de ser catalogadas como personas con un padecimiento mental; de hecho, fue apenas en 1990 cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) quitó la homosexualidad de esta lista de “enfermedades mentales curables”.

“Es un camino espinoso el que hemos recorrido para hacernos visibles y hacernos respetar; más difícil aún para las personas transexuales, pues no fue sino hasta 2018 que su identidad dejó de ser considerada enfermedad mental”, agrega Aglaé, quien además de creadora de contenido también es supervisora de atención a clientes en una importante recuperadora de créditos.

De acuerdo con información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a pesar de que ha aumentado la aceptación de los integrantes de la Comunidad LGBT+ en sus países miembro, la discriminación y fobia contra ellos siguen siendo generalizadas desde el propio Estado, por ello se ha recomendado generar políticas públicas que lejos de excluirles, garantice la inclusión de las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales, transexuales y de otras identidades.

Ejemplo de lo anterior, es que en 2016 la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y la Fundación Arcoíris, presentaron un diagnóstico que revelaba que siete de 10 personas en algún momento se sintieron discriminadas en espacios educativos, mientras que la mitad de ellas fueron acosadas, discriminadas u hostigadas en el trabajo.

Sin etiquetas, por favor

Uno de los principales señalamientos por parte de heterosexuales y conservadores en contra de la Comunidad LGBT+ es que sin querer ser etiquetados, ellos mismos se etiquetan, sobre todo cuando tienen que explicarle a las personas la sigla con la que abanderan su lucha por un inclusión, una vida digna y el reconocimiento pleno de todos sus derechos.

Al respecto, Aglaé comenta que no se trata de poner etiquetas: 

“No nos etiquetamos, nos estamos dando identidad, le estamos diciendo a las personas que existe un término que define lo que somos y lo que sentimos”.

Y con las etiquetas obviamente también vienen los prejuicios: “Los gays son promiscuos”, “las lesbianas quieren ser hombres”, “están confundidos”, “si nació hombre (o mujer) nada cambiará eso, lo será para siempre”, “ser gay es malo, porque se drogan”, son algunas de las frases con las que de manera despectiva se trata de ofender a los miembros de la Comunidad LGBT+.

Es un pensamiento que se tiene normalizado debido al sistema heteronormado en el que vivimos, dice Aglaé, porque muchas veces la gente sólo elige ver el otro lado de la moneda. 

En las marchas del orgullo LGBT+, por ejemplo sólo muestran lo más vistoso o polémico, pero no visibilizan a las familias que van a apoyar a la comunidad porque un hijo o hija fue víctima de un crimen de odio, o a las asociaciones que brindan apoyo a las personas que están en proceso de aceptar su orientación o identidad.

De ahí que se crea que ser gay es malo, porque en realidad, los desmanes o los ‘malos comportamientos’ se dan en todos lados: el estadio de futbol, los conciertos, en cualquier marcha o en plena calle, un día normal, pero como ser parte de la Comunidad LGBT+ es un sinónimo de malo o prohibido, entonces se maximizan estas acciones, desgraciadamente, “lo malo en lo desconocido brilla más para la gente”, sentencia Agli.

Datos de la última Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis), publicada en 2017 por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) revelan que en México cerca de dos millones 700 mil personas declararon no ser heterosexuales, lo cual representaba entonces 3.2 por ciento de la población nacional, sin embargo, es probable que debido a los prejuicios o el miedo, más mexicanos no hayan querido hablar abiertamente sobre su orientación sexual. 

Visibilización de la Comunidad LGBT+

Aglaé es lesbiana, tiene una familia con su novia y sus dos gatos, y forma parte de un grupo de personas LGBT+ que decidió apostar por las nuevas plataformas para visibilizar la lucha de la comunidad, pero no sólo eso, sino que en el camino sus contenidos han llegado y permeado en personas heterosexuales y que se consideran binarias, quienes en redes sociales les agradecen ser tan genuinos y ayudar a comprender por qué lucha la comunidad y que no todo lo malo que se dice sobre ella es cierto.

Rábanos Chilangos, como se llama el podcast alojado en Spotify, nace de la necesidad de demostrar que las personas LGBT+ son comunes, que tienen un empleo y opiniones diversas, e incluso que hasta poseen sus propios prejuicios, reconoce la podcaster.

Cuestionada por la esencia del podcast, Agli, como le dicen de cariño sus amigos y familiares, explica que en Rábanos Chilangos hablan de todo y no sólo ‘de cosas gay’, como moda, fiestas, libertinaje y otras cosas superficiales que socialmente se cree que representan a la Comunidad.

“Nosotros también queremos saber qué pasa a nuestro alrededor, en la ciudad, en el país, en el mundo. Además de que el podcast nos ayuda a nosotros mismos a hacer una introspección y deconstrucción, pues nos hemos dado cuenta que como parte de la Comunidad LGBT+, también tenemos nuestros tabúes y prejuicios, en los cuales no nos habíamos atrevido a ‘rascar’”.

Y es que dentro de la misma comunidad es común encontrar a personas que no suelen aceptar o tolerar a otras identidades y orientaciones diferentes a las suyas, lo cual constituye un reto para todas y todos pues, como dice Aglaé, lo ideal es que un día no haya estereotipos para nadie.

Ahora, cada que te preguntes por qué no hay un ‘día del orgullo heterosexual’ o escuches que alguien lo dice, mejor reflexiona (e invita a reflexionar) por qué es tan necesario que haya un Día del Orgullo LGBT+.