QUE NADIE NOS OLVIDE

La policía permitió la fuga del feminicida de Liz a cambio de dinero; hoy sigue prófugo

Liz tenía 31 años y era psicóloga. Vivía una relación violenta con su pareja; ella lo terminó y él la asesinó, el feminicida está prófugo

NACIONAL

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Créditos: Especial

El 13 de febrero de 2015, no sólo familiares y amigos lloraban el asesinato de Lizeth Saldívar Rangel en su funeral, también habían acudido siete niños de entre 11 y 13 años, con el corazón roto porque habían perdido a su psicóloga y amiga.  

Siempre cariñosa y atenta; entregada a su trabajo y dedicada a sus niños; llena de amor, así era Liz de 31 años, una psicóloga especialista en infantes, a quien le quitaron la vida un 10 de febrero hace seis años en Guadalajara, Jalisco. Fue su pareja quien la estranguló, abandonó su cuerpo en su casa y huyó.

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Llevaba más de ocho años ejerciendo su profesión que tanto le apasionaba y era tan querida por sus niños, que en agradecimiento, una de sus pacientes le regaló un perrito de raza Schnauzer a quien llamó “Perri” y se volvió su fiel compañero hasta el día de su muerte.

Lizeth era muy inteligente y amante de su familia; risueña, divertida, le gustaba llamar la atención de sus hermanos mayores con chistes y anécdotas, platica Selene Saldivar Rangel, su hermana: “Siempre fuimos muy unidos, éramos una familia muy bonita hasta que él la destruyó”.

“El Maniaco”

Alejandro González Rodríguez es el nombre del hombre que la asesinó, señala la Selene, hermana mayor de la joven… Menciona su nombre completo y divulga su fotografía en el grupo de Facebook que administra: “Justicia para Liz” para dar con el feminicida, pues a pesar de existir una orden de aprehensión en su contra, está prófugo de la justicia y las autoridades “no lo buscan”.

A este feminicida le apodan “El Maniaco” porque es una persona violenta que consume drogas y alcohol. Antes de Liz, había tenido dos parejas con quienes procreó hijos. A Lizeth la conoció por redes sociales y llevaba una relación de tres años con ella; el día de su aniversario la asesinó.

Lizeth vivía una relación de violencia y abuso con Alejandro, pero lo ocultaba, tenía miedo. El día de su asesinato, la pareja salió a festejar su aniversario a un bar y Selene también estaba invitada. En el baño de mujeres, Liz le confió a su hermana que ya lo iba a dejar porque la golpeaba; ella ya no quería estar con él.

Feminicidios en México 2020.

“Perri”

Tras salir del bar y antes de llegar a su casa, Liz pasó por “Perri” al domicilio de sus padres; no le gustaba que se quedara solo cuando ella salía, por lo que todos los días se lo encargaba a sus papás hasta que regresara por él. Recogió a su fiel amigo de madrugada; esto fue lo último que se supo de la joven, días después su familia la encontró muerta.

Se sospecha que esa madrugada, Liz le puso fin a su relación con Alejandro, pero él no la dejó ir. Al llegar a su casa, forcejearon, él la estranguló y la aventó contra el suelo fracturándole el cráneo. El feminicida convivió un tiempo con el cadáver, entró y salió del domicilio con un cartón de cervezas; incluso, el papá del asesino acudió a la escena del crimen, fumó y dejó las colillas de cigarro con su ADN en el lugar. Al momento de huir, “El Maniaco” se llevó consigo la computadora, el celular y otras pertenencias de la que fue su pareja.

Definición de feminicidio.

Colegas de Lizeth le reportaron a su familia que no se había presentado a trabajar. Su madre acudió a su casa en repetidas ocasiones, pero no vio nada; le preguntó a los papás de Alejandro y de manera nerviosa le dijeron que no sabían nada. Al tercer día, la familia de la joven psicóloga volvió a la casa de la pareja, pero todo seguía cerrado, fue entonces que escucharon los ladridos ansiosos de ‘Perri’.

“Algo está sucediendo porque Liz jamás deja al perro solo”, fueron las palabras de su madre al escuchar a “Perri” desesperado y aventándose hacia la puerta. Al abrir el mosquitero de una ventana, alcanzaron a ver el cuerpo de la joven tumbado en el piso a días de haber sido asesinada; ya estaba en descomposición

La policía nunca llegó… las autoridades lo dejaron libre

Llamaron a la policía. La madre de Lizeth le pidió al Ministerio Público que interrogaran a los papás de Alejandro, que estuvieron presentes cuando encontraron a la joven y después se marcharon, pero no le hicieron caso.

Una vecina se acercó desconsolada a Selene y le dijo que no era la primera vez que Alejandro la maltrataba. El día de su muerte, alrededor de las 5 de la mañana, la señora escuchó el movimiento de los muebles, ajetreo y a Liz pedir auxilio; ella llamó a la policía, pero nunca llegó. 

La historia se repite con cada feminicidio en México: omisiones, negligencia y malos tratos de las autoridades. Selene es abogada, pero sus conocimientos en leyes no han sido suficientes para lograr justicia para su hermana. Al lado de su padre, quien ya falleció y que no pudo ver la justicia por su hija, realizó toda la integración de la carpeta de investigación. Ambos revisaron minuciosamente cada documento, notaron omisiones en los dictámenes y pelearon por modificarlos.

Lograron la orden de aprehensión contra Alejandro González Rodríguez, pero las autoridades les fallaron. La familia localizó al feminicida y le proporcionaron toda la información a las autoridades para su captura, pero un policía contactó al asesino y a cambio de dinero, permitió su fuga, refiere Selene.

Imagínate la impotencia, conocer de leyes y no podernos defender y hacer justicia a mi hermana. Es muy difícil puesto que las leyes mexicanas no nos han apoyado”.

Van más de seis años del feminicidio de Lizeth Saldívar Rangel. Su familia teme que su feminicida, Alejandro González Rodríguez, esté libre; gente de la zona les ha dicho que lo han visto paseando por las calles sin preocupación; temen que le pueda endulzar el oído a otra mujer y que corra con el mismo destino que Liz.

Liz era psicóloga especialista en niños.

Por: María José Serrano Carbajal 

Edición: Paola Sánchez Castro

Diseño: Ana Navarro e Ingrid Almaraz

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