Tras un estresante viacrucis por llegar, la calle de Talavera recibe a sus niños Dios; el lugar emblemático de la Ciudad de México que confecciona los mejores ropones para el descendiente de Maria y José.
Actividad no esencial
Ahí, cientos de comerciantes entre locatarios fijos y ambulantes sufren la embestida policial cuando no logran evitarlo, pues al no tratarse de una actividad esencial en semáforo rojo, las autoridades vigilan que no exista labor alguna que signifique aglomeraciones.
“Los negocios en el centro están muriendo y con ello la tradición”, manifiesta Claudia locataria de ‘Cofradia’ distribuidora de ropones tradicionales y artículos para niño Dios.
Lamenta que no se tome en cuenta a estos negocios para su parcial apertura de los que dependen muchas familias.
Golpe económico
Al ser una romería tradicional es más sentido el golpe económico pues solo en ciertas temporadas tienen sus ventas más fuertes que en esta pandemia han caído 30%.
Los clientes de Claudia son en su mayoría foráneos lo que impacta en las ventas al ser una cadena de producción y distribución.
Aún sabiendo que no pueden abrir sus locales ellos cumplen con los protocolos sanitarios ordenados por las autoridades pues se han dado a la tarea de atender a sus clientes por un número de WhatsApp para entregar sus productos en un punto acordado o realizar sus envíos por taxis de aplicación.
Por Moisés Rosas
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avh