Varias toneladas de peces han muerto en uno de los principales ríos del estado de Sao Paulo, en Brasil, tras un presunto vertido ilegal de residuos industriales procedentes de una planta de azúcar y etanol, informaron el miércoles las autoridades medioambientales y la fiscalía.
Un análisis preliminar estima que entre 10 y 20 toneladas de peces murieron en el río Piracicaba, dijo la fiscalía de Sao Paulo en un comunicado de prensa.
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Apuntan a empresa por vertir aguas residuales
La investigación inicial apunta a un “vertido irregular de aguas residuales” de la planta de Estiva en Sao José, en la comunidad de Rio das Pedras, y llegó a un arroyo que desemboca en el río Piracicaba, dijeron los fiscales.
La agencia AP obtuvo el testimonio de Adriano Queiroz, director de licencias de la agencia medioambiental de Sao Paulo, quien consideró que el medio ambiente tardará años en recuperarse y que debido al número y a la variedad de especies afectadas, el impacto a la biodiversidad es significativo.
El río Piracicaba atraviesa una zona protegida llamada Tanqua, que ha sido apodada el minipantanal de Sao Paulo, por los humedales tropicales famosos por su abundante fauna y sus deslumbrantes paisajes naturales. El miércoles, una alfombra de cadáveres de peces flotantes cubrió el cauce, ensuciando tramos del río.
“Esta triste catástrofe medioambiental ha conmovido a todo el mundo por la gravedad y el alcance de los impactos”, dijeron los fiscales, que añadieron que la situación de los pescadores y la comunidad local también es “muy preocupante”.
Los fiscales solicitaron un informe completo sobre las condiciones del agua y están a la espera de más información técnica antes de dar los siguientes pasos en relación con la responsabilidad civil y penal.
Indagan si existe un delito medioambiental
La policía está investigando para determinar si se cometió un delito medioambiental, según informó en un comunicado la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo.
La agencia estatal de medio ambiente de Sao Paulo, conocida en portugués como CETESB, recibió los primeros informes de esta muerte masiva y del fuerte olor que emanaba del río el 7 de julio.
Ese mismo día, la agencia pidió a la central hidroeléctrica de Salto Grande que aumentara la cantidad de agua liberada para diluir la contaminación.
El 9 de julio, los datos mostraban que la cantidad de oxígeno disuelto se había incrementado, lo que favorecía la supervivencia de los peces, según la CETESB.
Pero surgieron informes de otra muerte masiva en Tanqua, a unos 60 kilómetros de la ciudad de Piracicaba, donde se supo por primera vez de peces muertos.
Con información de AP