Una pareja de origen norcoreano y asentada en Beijing fue acusada por el gobierno de Estados Unidos de traficar con materiales usados en la construcción de armas de destrucción masiva, informó el Departamento de Estado mediante un comunicado de prensa.
Los esposos habrían comprado de manera irregular, incluso sobornando a oficiales chinos, componentes que Corea del Norte no podría adquirir directamente debido a las sanciones que pesan sobre el régimen de Kim Jong-Un.
“El desarrollo del programa de misiles balísticos de Corea del Norte, incluyendo el fallido lanzamiento del satélite espía de Pyongyang, continúa amenazando la seguridad regional e internacional. Estados Unidos está comprometido a terminar con las redes ilícitas del régimen, las cuales alimentan sus programas armamentísticos”, señaló Brian E. Nelson, secretario del Tesoro para el Terrorismo y la Inteligencia Financiera.
Choe Un Jong forma parte del cuerpo diplomático de Corea del Norte en Beijing, mientras que su esposo, Choe Chol Min, forma parte de la Segunda Academia de Ciencias Naturales, una organización con cerca de mil miembros que trabajan fuera del territorio norcoreano para producir divisas y así mantener al régimen.
Ambos han sido relacionados con labores de compra de componentes para la fabricación de misiles balísticos, de acuerdo con el gobierno estadounidense, lo cual está prohibido por numerosas órdenes de la ONU.
La acusación norteamericana implica que todos los activos y cuentas bancarias que los Choe tengan en Estados Unidos quedan inmediatamente congeladas, además de impedir el comercio de los ciudadanos de aquel país con los acusados.
Llega submarino nuclear estadounidense a Corea del Sur
En el marco de las crecientes tensiones entre Corea del Sur y Estados Unidos con Corea del Norte, un submarino de propulsión nuclear con bandera norteamericana llegó al muelle de Busan.
Por primera vez en seis años, el USS Michigan atracó en un muelle surcoreano, como parte del convenio de defensa estratégica que une a ambas naciones frente a las amenazas cotidianas de Pyongyang.
“Con la presencia del submarino en Busan, Seúl y Washington quieren reforzar sus capacidades bélicas especiales y su interoperabilidad para responder a las amenazas crecientes de Corea del Norte", afirmó el Estado Mayor Conjunto surcoreano en un comunicado.
De acuerdo con el Ejército estadounidense, el submarino puede equiparse con hasta 150 misiles Tomahawk, los cuales tienen un alcance de 2 mil 500 kilómetros y podrían golpear, de ser necesario, blancos en tierra.
El jueves, Pyongyang lanzó dos misiles balísticos en una aparente respuesta a estos ejercicios, que las autoridades comunistas consideran como un ensayo para una eventual invasión.