El Grupo Wagner se ha negado a seguir las órdenes de su presidente, Vladímir Putin, esto debido a que el Ministerio de Defensa está obligando a los voluntarios y mercenarios del frente a formar parte —al menos de manera legal— de las Fuerzas Armadas del país mediante un contrato. A la par de que las tropas ucranianas avanzan en lo que el mundo conoce como: la tan esperada contraofensiva, Rusia ha apostado por reestructurar su ejército. Lo que se pretende es que los "destacamentos de voluntarios" —que incluye las empresas de mercenarios— que están en el campo de batalla, queden por contrato y bajo el paraguas de la milicia de Moscú. Esto con la excusa de mejorar la eficacia.
¿Qué pretende el contrato legal con los "voluntarios" de guerra?
Quien impulsó esta iniciativa fue el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú. El pasado sábado ordenó que cualquier combatiente en el frente que formalice su situación como soldado profesional antes del 1º de julio, pasará a estar bajo el control del Kremlin. Recordemos que el Grupo Wagner, la organización paramilitar fundada por el oligarca Eugeni Prigozhin —también conocido como "El Chef de Putin"— ya se encuentra detrás de la captura de la ciudad de Bakhmut, en el este del país.
Este movimiento —previamente aprobado por el presidente ruso, Vladímir Putin— no hace sino confirmar la pugna por el poder entre la cúpula militar rusa y el jefe del Grupo Wagner, quien emitió un duro discurso a través de su canal de Telegram.
"No firmaremos ningún contrato", señaló el pasado domingo Prigozhin. Asimismo, aseguró que sus hombres estaban subordinados totalmente a los intereses de Rusia, pero que "Shoigú no los puede gestionar adecuadamente" porque su "estructura de comando ya es altamente eficiente".
Esta no es la primera vez que el oligarca ruso contradice órdenes directas del Gobierno. De hecho, lleva meses criticando las actuaciones de los altos mandos militares de Putin por los fracasos en Ucrania. Estos ataques verbales se intensificaron durante la larga y sangrienta ofensiva de Bakhmut, donde el jefe de Wagner perdió a un gran número de sus hombres durante la batalla y con ello denunció el poco apoyo del ejército profesional.
Prigozhin denunció que el dichoso contrato "los va a atar"
Yevgueni Víktorovich Prigozhin asegura que esta nueva medida trata de atar "en corto" a su ejército miliciano. Pues para el Kremlin, "aumentará la capacidad de combate y la eficacia de las fuerzas armadas al tener en su estructura los destacamentos de voluntarios.", según indicó el domingo el viceministro de Defensa Nikolái Pankov a través de un comunicado. Este cambio otorgaría a los combatientes voluntarios los mismos beneficios y protecciones que las tropas regulares, incluido el apoyo a sus familiares si resultan heridos o muertos. Sin embargo, "el Chef de Putin" no está dispuesto a ceder el control.
Y es que a su juicio, el Ministerio de Defensa está tratando de utilizar el incumplimiento de la orden para no enviar más suministros y municiones al Grupo Wagner.
"Lo que podría pasar después de esta orden es que no nos darán armas ni municiones. Lo resolveremos, como dicen”, señaló. "Pero cuando rompa el trueno, vendrán corriendo y traerán armas y municiones con un pedido de ayuda", ha advertido.
Los chechenos dicen sí al nuevo contrato
Quienes sí se han mostrado dispuestos a acatar las órdenes de Putin —debido a su fuerte influencia en la nación Chechenia— han sido las fuerzas chechenas. Este lunes, el Gobierno de Rusia ha anunciado la firma de un contrato con una unidad de fuerzas especiales encabezadas por su líder, Ramzan Kadírov, "el señor de la guerra". El contrato ha sido suscrito por el subjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Alexéi Kim, y el comandante de Ajmat, Apti Alaudínov, según informó el comunicado castrense.
"Espero que en el futuro, a la vista de nuestra primera experiencia, el resto de unidades voluntarias también firmarán estos contratos, destacó Alexéi Kim.
Con información de EFE*