Tras las duras acusaciones que externó Estados Unidos en contra de Sudáfrica y Rusia —en la que acusaba al país del extremo más meridional de enviarle armas a Moscú—, los líderes de ambas naciones se unieron y sostuvieron una intrigante conversación telefónica el pasado viernes, donde expresaron su deseo de "acentuar" sus relaciones diplomáticas y comerciales. Vladimir Putin, y su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, quieren cooperar mutuamente para alimentar su relación y unirse en contra del país norteamericano, esto en un movimiento de tensión total por el conflicto bélico en Ucrania.
Ambos dirigentes creen que su comunicación beneficiará a varios campos de sus naciones, al menos así lo expresó el Kremlin en un comunicado donde omitió las recientes declaraciones de EU.
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La nación sudafricana fue quien contactó a Rusia
De acuerdo con el escrito de Moscú, la conversación telefónica tuvo lugar "por iniciativa de la parte sudafricana". Cabe destacar que la entrevista telefónica se produjo en medio de tensiones entre Sudáfrica y Estados Unidos, en el que que acusa a Pretoria —capital administrativa— de haber entregado armas a Rusia, un país que lleva más de un año librando una ofensiva militar contra Ucrania. Tras las acusaciones del embajador estadounidense en Pretoria, el gobierno sudafricano prometió una investigación sobre estas supuestas entregas de artillería.
Asimismo y durante la llamada telefónica con Cyril Ramaphosa, el mandatario ruso también dijo que estaba a favor de la "participación de un grupo de líderes africanos" en las discusiones sobre "las perspectivas de resolver el conflicto ucraniano", según recalcó el Kremlin.
¿Qué se dice sobre la entrega de armas de Pretoria a Moscú?
Según el embajador de Estados Unidos en Pretoria, la nación del extremo más meridional prestó apoyo militar a Rusia, esta fuerte acusación la emitió el pasado jueves 11 de mayo. El escándalo detonó porque Sudáfrica se ha declarado completamente neutral en el conflicto con Ucrania, y de ser verdad, estaría tomando partido por Moscú en el conflicto bélico contra el país de Europa occidental. Según Reuben Brigety, el país norteamericano está convencido de que "se cargaron armas y municiones" a bordo de un barco ruso atracado cerca de Ciudad del Cabo a principios de diciembre, "antes de que partiera hacia Rusia".
"Armar a los rusos es extremadamente grave" y "fundamentalmente inaceptable", declaró en un encuentro con medios de comunicación locales. "Estamos convencidos de que se cargaron armas en ese barco y apostaría mi vida por la exactitud de esa afirmación", insistió el embajador, afirmando que "la desviación de Sudáfrica de su política de no alineamiento es inexplicable".
¿Qué dijo Sudáfrica?
Por su parte, el presidente Cyril Ramaphosa, dijo que las cuestiones sobre el barco "Lady R" estaban "bajo revisión", y añadió que "a su debido tiempo podremos hablar de ello". Esto tras los cuestionamientos en el Parlamento. A su vez, el portavoz Vincent Magwenya, argumentó que "hasta la fecha no se ha aportado ninguna prueba que corrobore las acusaciones de envío de armas por parte de Sudáfrica a Rusia.", y añadió que se investigaría el asunto. A la par, la administración del actual mandatario emitió el jueves pasado un comunicado reiterando la falta de evidencia y lamentando que "las declaraciones del embajador socavan el espíritu de cooperación y asociación entre los dos países".
Cabe destacar que la llegada del buque en la mayor base naval de Sudáfrica causó polémica en el país. El principal partido de la oposición, la Alianza Democrática (DA), se mostró indignado por el hecho de que se permitiera atracar a un carguero ruso objeto de sanciones occidentales, y criticó que el navío atracara en un puerto militar y no en uno comercial, denunciando el "secretismo" en torno al buque. Actualmente la nación del país extremo más meridional mantiene con Rusia estrechos vínculos que se remontan a la época del apartheid, en la que el Kremlin apoyó a Nelson Mandela y a su partido en la lucha contra el régimen racista.
Sin embargo, la nación se negó a condenar la invasión de Ucrania en febrero de 2022, alegando que quería permanecer neutral y prefería el diálogo para poner fin a la guerra, lo que molestó a Occidente.
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