"Aterrador". Esa es la palabra con la que Dylan, de 16 años, define la posibilidad de que Arkansas prohíba los tratamientos de reasignación de género en menores de edad como el que él recibe desde hace dos años y que, aseguró, le ha salvado la vida.
"Piensan que nos están protegiendo, que no sabemos quiénes somos, pero se equivocan. Yo sé quién soy desde hace al menos tres años y eso no va a cambiar", explicó.
Estos tratamientos están en el punto de mira de los conservadores de Estados Unidos, por lo que las familias de los jóvenes trans se están movilizando para evitar el veto a unos procedimientos avalados por las principales asociaciones médicas del país.
En lo que va de año, al menos 15 de los 50 estados, como Alabama, Luisiana o Arizona, han aprobado restricciones contra estos tratamientos, conocidos como terapias de afirmación de género, que incluyen el suministro de hormonas y, en algunos casos, cirugías.
Arkansas, gobernado por republicanos, se convirtió en abril en el primer estado en prohibir ese proceso en menores de edad mediante una ley cuya entrada en vigor está paralizada en los tribunales.
En febrero, Texas encendió las alarmas de la comunidad LGBT cuando la fiscalía estatal ordenó investigar los cambios de sexo de menores como casos de abuso infantil.
Las restricciones en todos estos estados ponen en peligro el acceso a la atención médica de unos 54 mil jóvenes trans de entre 13 y 17 años, casi un tercio de los 150 mil que se estima que hay en todo el país.
EFE
MAAZ