Una abuelita de 83 años fue brutalmente atacada en el asilo donde vivía. Antes de que eso ocurriera, presionó la alarma para pedir ayuda pero nadie la atendió; después de encontrarse herida, con las pocas fuerzas que le quedaban alcanzó a mandarle un breve mensaje de texto a su hija que decía "por favor, ayúdame".
De acuerdo con medios locales, los hechos ocurrieron en el condado de Chesire, Inglaterra. La señora Kathleen Jennings, quien vive en el hogar de ancianos Mayfield House, fue agredida por otra de las residentes, quien la golpeó en la cabeza, arrojó su andadera por un pasillo y le pegó en los brazos.
Cuando estaban atacándola, la mujer de 83 años trató de alertar a las autoridades del lugar y a la policía, pero nunca la atendieron. Entonces como pudo le escribió a su hija Jayne Forshaw. Cuando esta despertó, vio el mensaje de texto de su mamá y pensó lo peor. "Me han atacado, por favor ayúdame, Jayne. Llama a la policía", decía el mensaje que mandó Kathleen.
Entonces, Jayne entró en shock, ya que temía que, debido a que la mujer mayor padece una grave afección cardiaca, de la impresión pudiera sufrir un infarto, además de que ella misma ha dado la instrucción de que no la resuciten si eso llegara a pasarle. La mujer de 63 años entonces llamó a su madre y su miedo fue mayor al encontrarla histérica y sin poder respirar bien.
¿Por qué atacaron a Kathleen en el asilo?
The Mirror relató que la mujer mayor fue llevada en un taxi a un hospital cercano, donde se está recuperando por el ataque que tuvo lugar en las primeras horas del pasado 25 abril. Kathleen dijo que cerca de las 06:30 horas de ese lunes una mujer a la que nunca había visto se metió a su habitación, por lo que le preguntó que qué hacía dentro.
La otra mujer le contestó que era su casa y le exigió que se fuera, por lo que Kathleen insitió que se trataba de su cuarto. Entonces la mujer corrió y se le fue a los golpes. La anciana agredida tocó el timbre de alerta pero nadie la ayudó, así que tomó su andadera y como pudo trató de salir de la habitación.
Sin embargo, su agresora la alcanzó y la golpeó en la cabeza. Le quitó la andadera y la aventó por el pasillo, ya después, se le fue a los golpes en los brazos. Kathleen entonces le pidió ayuda a la vecina de habitación y llamó a la policía. Cuando los uniformados llegaron al asilo, llevaron a la otra persona abajo -no la detuvieron- y a la víctima la regresaron a su cuarto, para luego trasladarla a un hospital.
Desde entonces, la mujer de 83 años está internada recuperándose, pero tiene secuelas del ataque y su hija Jayne relató que padece miedo constántemente y le cuesta trabajo dormir. En consecuencia, cree que su mamá no volverá a ser la misma después de esto, y no considera seguro que Kathleen vuelva al hogar de descanso para ancianos. Asimismo, exige una exhaustiva investigación de lo que le pasó a su mamá.
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