Omar Aviña, un michoacano que llegó hace mes y medio a Kiev, capital de Ucrania, para pedir la mano de su novia, vivió por segunda vez el terror de evacuar una ciudad. La pareja se conoció en China, donde ambos eran estudiantes. Pero hace dos años se vieron obligados a salir de ese país por la expansión de la pandemia de COVID-19. Ahora salió por un conflicto bélico.
“Bebe: la guerra ha empezado”, le dijo su pareja hace unos días. Esa mañana, recuerda, estaban dormidos y sonó el teléfono. Era la mamá de ella. Le pareció raro, porque ese tipo de llamadas no eran usuales.
Luego, más telefonazos. Ahora de su familia que le pedía salir de Ucrania. “Ahí comenzó el terror”, cuenta. En días previos “estábamos escépticos”, pero cuando las tropas rusas empezaron a entrar por el sur, el este y el norte ucraniano decidieron evacuar, atendiendo la convocatoria de la embajada de México, encabezada por Olga García Guillén.
“Hubo dos momentos de terror. El primero: andar corriendo, tomar las cosas más básicas, ir al supermercado a comprar lo necesario y retirar la mayor cantidad de efectivo posible. Compramos víveres para unos dos o tres días”, narra.
El segundo, el mayor terror, fue escuchar las sirenas y en cuestión de segundos correr a refugiarse al metro, porque los rusos estaban bombardeando Kiev.
“Queremos regresar a México, ponernos a salvo, organizar nuestra vida”, dice ya en territorio rumano. Sin embargo, le acongoja que los padres de su novia ucraniana están aún en la ciudad asediada.
Cómo él otros 20 mexicanos lograron cruzar esta mañana de miércoles la frontera con Rumania. Fueron 19 horas desde Kiev, capital ucraniana asediada por las tropas rusas, hasta la ciudad de Suceava.
SIGUE LEYENDO:
Mexicanos en Rumania: Retorno de connacionales evacuados de Ucrania se complica
PAL