Lo que parecía una victoria en el campo de la tecnología espacial se convirtió en un verdadero desastre. Poco después de que el módulo ruso Nauka se acopló exitosamente a la Estación Espacial Internacional (EEI) sus propulsores se activaron accidentalmente, lo que provocó un accidente a más de 400 kilómetros de la superficie terrestre.
Los reportes indican que la activación de los propulsores, que agotó todo el combustible de la cápsula, modificó inesperadamente la órbita de la EEI en 45 grados. La NASA comunicó que la tripulación de siete astronautas está a salvo. Una hora después del inicio del incidente, las bases en Houston y Moscú pudieron recuperar el control de la Estación y la devolvieron a su posición.
“Los propulsores de Nauka ya no están encendidos, estamos nuevamente en control y las tasas son estables”, dijeron desde suelo estadounidense a los astronautas en el espacio. “Lo que queda del día ya no sucederá según lo programado”, mencionaron.
Aún se desconoce qué provocó el incidente
Roscosmos, la agencia espacial de Rusia, lideraría la investigación sobre la causa, informaron desde la NASA y subrayaron que incidentes de esta especie sólo han ocurrido tres o cuatro veces en los 20 años de historia de la EEI, la cual cuenta con 16 módulos de carga y que aloja a astronautas en ambientes presurizados.
La unidad rusa se lanzó el miércoles pasado después de semanas de retrasos causados por problemas con el sistema de guía. El desarrollo del módulo se remonta al año 1995 y originalmente estaba programado para salir de la Tierra en 2007. La falla en Nauka obligó a la NASA a posponer el lanzamiento planeado por Boeing de su cápsula Starliner sin tripulación a la EEI y se pospuso para el próximo 3 de agosto.
msb