USA

Abuelita consigue al fin su residencia luego de vivir 30 AÑOS como ILEGAL en EU, todo por un error

La señora llegó a finales de la década de los 80 a EU, y cuando estaba por recibir su residencia cometió un error que hizo que el proceso tardara 30 años

MUNDO

·
Luego de esperar 30 años, tuvo que retrasar una vez más la entrega de su tarjeta por el COVID-19.Foto: Telemundo/HoyDíaCréditos: Telemundo/HoyDía

Gema Máximo Peguero es una mujer de 54 años de edad, que pasó 30 años esperando por su Green Card, luego de un error que cometió hace años, cuando ya contaba con una tarjeta de residencia.

De acuerdo con La Opinión, la mujer llegó a EU en 1989 con el objetivo de encontrarse con su esposo, José Trujillo, quien había llegado cuatro años antes a California, y trabajaba en el campo. Durante los siguientes años, la familia consiguió una nueva residencia en Los Ángeles, donde su marido comenzó a trabajar como jardinero, y donde Gema dio a luz a su primer hijo.

La mujer señaló que en 1997 comenzaron a buscar legalizar su situación, pero ella cometió un error y no avisó a la agencia sobre su cambio de domicilio.

“José se hizo residente gracias a la Amnistía de Reagan. En 1997 solicitó mi residencia, pero como nos cambiamos de casa y no avisé al Servicio de Migración, ya no culminé el proceso”.

Además, Gema aseguró a Telemundo que creían que, si alguien los iba a buscar, sus vecinos avisarían de su nueva dirección, pero no fue así.

Un abogado explicó a la cadena que, así como Gema Máximo, hay “cientos de miles” de inmigrantes que pierden su oportunidad de obtener la residencia por este tipo de errores. Además, destacó que lo más grave es cuando no avisan y les envían citatorios para presentarse ante la corte pues, en estos casos, pueden incluso girar órdenes de deportación en su contra por desacato a la ley.

Máximo Peguero dijo a La Opinión que, cuando tuvo más miedo de ser detectada por las autoridades mientras estaba como ilegal fue durante la Administración de Donald Trump.

“Vivía encerrada. Me imaginaba que iban a llegar por mí en cualquier momento. No quería salir de mi casa. Me dedicaba al hogar y ganaba algo de dinero cuidando niños, pero ya no quería ni ir a la escuela a recogerlos, aun cuando estaba muy cerca de mi casa. No salgo y no salgo, le decía a mi esposo”.

La buena noticia y el COVID-19

Finalmente, luego de esperar 30 años, Gema recibió la noticia de que al fin le entregarían su carta de residencia. Pero en ese momento hubo otra noticia que nubló su felicidad: su familia se infectó de coronavirus.

La abuela añadió que tuvo que esperar tres semanas hasta que se recuperó por completo, y cuando finalmente llegó a la oficina de su abogado “quería abrazarlo” de felicidad, pero tuvo que contenerse por las medidas de la pandemia.

acmg