Desde las múltiples tareas en el trabajo hasta el ladrido constante de un perro, hay actividades o situaciones diarias que parecen inofensivas a primera vista pero cuando persisten en la vida cotidiana podrían convertirse en problema mayor que afecte peligrosamente la salud tanto física como mental, se trata del microestrés que cada vez gana mayor visibilidad ante el grito de ayuda de quienes lo padecen.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como “un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil”; además, indica que todas las personas experimentan un grado de estrés debido a que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos. Entre los signos principales destaca la dificultad para relajarse, concentrarse, irritabilidad y ansiedad, a lo que se suman los malestares físicos como el dolor de cabeza, dificultad para dormir o alteraciones del apetito.
¿Qué es el microestrés?
Cuando situaciones diarias se acumulan generando un impacto negativo en la vida diaria, el desempeño y la salud física se presenta el microestrés. De acuerdo con Blanca Mery Sánchez, terapeuta cognitiva con un master en neurociencia aplicada, destaca éste como Serie de “microgolpes” que provocan agotamiento y como ejemplos de ello menciona los correos “urgentes” que interrumpen la concentración, los mensajes pasio-agresivos de colegas, sentirse “siempre disponible” en WhatsApp y pendientes que nunca terminan.
Mery Sánchez menciona, a través de su cuenta de Instagram, que el microestrés tiene un impacto mayor a largo plazo generando agotamiento metal, problemas de sueño, irritabilidad, falta de creatividad y daño cognitivo, en éste último puede ocurrir una alteración en la “estructura y el funcionamiento de áreas clave en el cerebro como el hipocampo, importante para la memoria y el aprendizaje.
¿Cómo evitar el microestrés?
Al respecto, la OMS recomienda organizar actividades diarias con horarios establecidos que aporten una sensación de control y programar otros para desconectar como la hora de comida, pasar tiempo en familia, hacer tareas cotidianas y practicar ejercicio. Dormir bien es clave ya que el sueño repara, relaja y revitaliza el organismo, además de que ayuda a hacer frente a los efectos del estrés.
En el caso del microestrés, la terapeuta Blanca Mery Sánchez destaca sitios específicos libres de estrés, es decir, que no existan interrupciones ni notificaciones de ningún tipo. También, pequeños descansos cada hora, basta con dos minutos para estirarse y tomar un respiro; las redes sociales, evitarlas al menos 30 minutos antes de dormir, y, finalmente, en momentos de estrés preguntarse si es que eso importará en una semana, un mes o un año.
