En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis este 28 de julio, te contaremos el impacto positivo que puede tener agregar a tu dieta el ajo para prevenir enfermedades hepáticas.
Recordemos que la Hepatitis es una enfermedad del hígado que causa inflamación debido a un virus. Esta puede ser aguda o crónica, y de diferentes tipos donde los más comunes son: Hepatitis A, B, C, D y E.
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En ocasiones esta enfermedad puede pasar desapercibida para un enfermo, ya que a veces no se presentan síntomas. Sin embargo, cuando sí los hay generalmente son: fiebre, fatiga, pérdida del apetito, náuseas o vómitos, dolor abdominal, dolor en las articulaciones, y lo más característico Ictericia, coloración amarillenta de la piel y ojos.
Cada tipo de hepatitis se contagia de diferente manera, y a continuación te lo explico brevemente:
- Hepatitis A: se transmite a través del consumo de alimentos o agua contaminados con el virus, y mediante el contacto directo con una persona infectada.
- Hepatitis B y C: se transmiten a través del contacto con sangre contaminada mediante transfusiones, agujas o equipos no esterilizados. También por tener relaciones sexuales sin protección.
- Hepatitis D: esta solo le puede dar a personas ya infectadas con hepatitis B, y se transmite de la misma manera que la hepatitis B y C.
- Hepatitis E: se transmite a través del consumo específico de agua contaminada. Generalmente ocurre en regiones con problemas de saneamiento y agua potable.
¿Por qué el ajo puede ayudar a la salud del hígado?
El ajo es una planta de origen asiático que está estrechamente relacionada con las cebollas y los puerros. Su uso data desde la antigüedad, donde hoy es un ingrediente básico y esencial para la cocina mexicana. Sus principales variedades son el ajo blanco y el morado.
Puede tener un impacto positivo notable para la salud de tu hígado debido a sus propiedades antioxidantes, como la alicina, que ayuda a reducir el estrés oxidativo y el daño celular de tu hígado. Esto contribuye a mantener la función hepática saludable y prevenir enfermedades hepáticas.
También, el ajo ayuda a activar las enzimas hepáticas involucradas en la desintoxicación del cuerpo, facilitando la eliminación de toxinas y productos de desecho, ayudando a mantener el hígado limpio y funcionando de manera eficiente.
Asimismo, tiene cualidades antiinflamatorias que ayudan a reducir la inflamación del hígado y de todo el cuerpo, sumado a que prolifera la reducción de la grasa en el hígado. Esto puede ser beneficioso para personas con sobrepeso u obesidad, así como contribuye a la prevención de enfermedades como el hígado graso no alcohólico (NAFLD) y la hepatitis.
Finalmente el ajo ayuda a regular el metabolismo de grasas y azúcares en el cuerpo, previniendo enfermedades metabólicas que afectan al hígado, como la resistencia a la insulina. Así como fortalece el sistema inmunológico.
Puedes agregar el ajo a tu dieta cocido o crudo, siendo este último la mejor manera de aprovechar al máximo sus beneficios. Para ello debes picar finamente el ajo y añadirlo a ensaladas, salsas o aderezos. No obstante, cocido aun proporciona algunas de sus propiedades saludables.