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“Y si lo pierdo, ¿qué hago?”: guía para conocernos desde el apego seguro

Es completamente normal sentir apego por algo o por alguien, pero muchas veces éste puede llegar a convertirse en un tormento y la psicóloga Erika Pavón sabe lo importante que es hablar sobre ello

“Y si lo pierdo, ¿qué hago?”: guía para conocernos desde el apego seguro
El libro "Y si lo pierdo, ¿qué hago?" pretende ser un acompañamiento para cualquier persona que busque conocer sus emociones. Foto: Chat GPT.

Desde hace varios años los temas de salud mental han cobrado especial relevancia, pues a través de redes sociales cada vez más personas hablan sobre los trastornos que existen y cómo estos pueden afectar la vida cotidiana de quienes los padecen. Por ello, poco a poco la terapia psicológica ha dejado de lado los tabús para así, finalmente, reconocer su papel dentro del autocuidado.

Sin embargo, así como vemos una oleada de información sobre algunos padecimientos de salud mental, ésta también puede llegar a estigmatizar acciones que son consideradas normales dentro del funcionamiento del ser humano y uno de los términos que parecen estar tomando fuerza es el apego.

Por ello, la psicóloga Erika Pavón considera fundamental poner sobre la mesa este concepto tan temido por algunas personas y como resultado de una exhaustiva investigación nació “Y si lo pierdo, ¿qué hago”, un libro que pretende ser una compañía para quienes se enfrentan a un proceso de desapego, siempre recordándonos que el apego es algo completamente normal, pero son nuestras vivencias las que pueden volverlo dañino.

Cuando hablamos de apego se tiene la idea de que es algo malo [...] entonces ya solo con escuchar ‘el apego’, le tenemos miedo cuando la realidad es que no es malo; el apego es un vínculo que generamos ya sea con las personas, con nuestro entorno o con cosas, lo que sí es que hay apego seguros y apegos inseguros, explica la psicóloga Erika Pavón en entrevista para El Heraldo de México.

¿Cuáles son los diferentes tipos de apego y cómo se desarrollan?

Es así como Pavón explica que existen apegos seguros, que nos permiten construir relaciones saludables y equilibradas, y apegos inseguros, que generan angustia, ansiedad y conflictos emocionales. De esta forma, la autora del libro describe cómo los estudios del psiquiatra John Bowlby después de la Segunda Guerra Mundial sentaron las bases para entender los tipos de apego, pues en sus investigaciones, se pudo observar cómo las y los niños huérfanos enfrentaban la separación de sus madres: mientras algunos confiaban en que su madre regresaría, otros reaccionaban con desesperación, reflejando apegos inseguros que pueden persistir hasta la vida adulta.

Desde el vientre materno, el apego forma parte de nuestra existencia.
Fotografía: Freepik.

Aunque existen muchas razones por las cuáles una persona puede desarrollar un apego inseguro, la psicóloga explica que ésto tiene que ver (en la mayoría de las ocasiones) con las vivencias de la niñez, momento en el que sientan las bases de muchos rasgos de la personalidad. Así, la autora describe que el apego inseguro podría dividirse en 3 categorías principales:

  • Apego Ansioso-Ambivalente: este tipo de apego se caracteriza por la constante búsqueda de seguridad en el otro. Las personas con este tipo de apego tienden a preocuparse excesivamente por el estado de la relación, buscando señales de afecto y temiendo ser abandonadas. Frases como “no me contestó el mensaje, seguro ya no me quiere” son comunes en este contexto.
  • Apego Evitativo: en el otro extremo, el apego evitativo se manifiesta como un rechazo a la cercanía emocional. Estas personas prefieren mantener relaciones superficiales y evitar vínculos profundos por miedo a ser lastimadas.
  • Apego Desorganizado: finalmente, este tipo de apego combina elementos de los dos anteriores. La persona oscila entre buscar desesperadamente la conexión y rechazarla por completo, a menudo como resultado de experiencias traumáticas o violencia intrafamiliar.

Cada uno de estos tipos de apego tiene raíces complejas que se relacionan con experiencias tempranas, como la ausencia de figuras paternas o maternas, pero Pavón también explica que estos apegos inseguros podrían darse debido a la sobreprotección de las infancias o a las dinámicas familiares disfuncionales. Aunque, en realidad, cualquier persona puede desarrollar un apego inseguro en cualquiera de sus variables.

Se trata del vínculo emocional que desarrollamos con otras personas, nuestro entorno, e incluso con objetos materiales.
Fotografía: Freepik.

Todos podemos desarrollar un apego ansioso ante la vulnerabilidad [...] Se pueden vincular con heridas del pasado entonces se presentan estos apegos ansiosos ante las conductas de la otra persona, explica la autora.

Un apego inseguro no solo afecta nuestras relaciones interpersonales, sino también nuestra salud mental y física. La autora señala que cuadros depresivos, problemas gastrointestinales y enfermedades cardiovasculares pueden ser consecuencias de vínculos inseguros, pues el estrés constante y la adrenalina asociada con una relación tóxica, por ejemplo, pueden desencadenar reacciones físicas intensas.

En el libro “Y si lo pierdo, ¿qué hago?”, Pavón menciona un caso en especial en donde una paciente, atrapada en una relación dañina, desarrolló problemas de salud graves que requirieron intervenciones quirúrgicas. Este caso subraya cómo el apego inseguro puede llegar a impactar nuestro bienestar de manera profunda.

El miedo a perder y el vértigo de la soledad

Y es que después de muchos años de estudio, la psicóloga Pavón explica que el miedo a perder a alguien o algo, ya sea una pareja, un trabajo o un objeto material, está profundamente enraizado en nuestra naturaleza humana. Venimos de un entorno social, donde la conexión con los demás nos brinda seguridad; sin embargo, este miedo también está influenciado por expectativas sociales y roles de género

Trabajar hacia un apego seguro es un proceso de crecimiento personal.
Fotografía: Freepik.

El ser humano es un ser social, entonces hay una parte humana de la cual nos sentimos desprotegidos al estar solos porque es lo que lo que nos crea nuestro entorno: necesitas una pareja para estar bien, debes tener una familia porque si no, no estás cumpliendo lo que se debe en la sociedad. Entonces no es que no podamos estar solos o estar con nosotros mismos, si no es un miedo que nos empezamos a crear, explica Erika Pavón.

A pesar de que el apego inseguro puede resultar paralizante para quienes se encuentran de frente con heridas emocionales muy profundas, Erika Pavón hace énfasis en que es posible crear un apego seguro y convivir en paz con la soledad, pues como mencionamos anteriormente si bien es necesario aprender a sobrellevar los momentos de con nosotras mismas, el apego en sí no es malo, pues resulta una parte fundamental del ser humano.

De esta manera, Pavón nos dice que el camino hacia un apego seguro es un proceso de crecimiento personal, pues implica desarrollar autonomía emocional, lo que no significa rechazar los vínculos, sino aprender a ser autosuficientes y valorar nuestras propias capacidades. Este proceso comienza con el reconocimiento de nuestras emociones y patrones de apego, y se fortalece con herramientas terapéuticas.

La autora resalta que, aunque alcanzar un apego completamente seguro puede ser difícil, es posible construir una base sólida para manejar mejor nuestras emociones.
Fotografía: Freepik.

Igualmente, la autora resalta que, aunque alcanzar un apego completamente seguro puede ser difícil, es posible construir una base sólida para manejar mejor nuestras emociones y las herramientas adquiridas en el proceso de autodescubrimiento nos permiten enfrentar nuestras vulnerabilidades y evitar caer en crisis emocionales severas cuando detectamos que estamos cayendo, de nuevo, en un apego inseguro.

Claro que puedes empezar a trabajar en un apego seguro, pero no quiere decir que ya vas a traspasar a un apego seguro y ya te vas a quedar solamente ahí, no. El apego va cambiando y puede volver a aparecer, va cambiando como las emociones. Y no pasa nada y no se trata de que ‘te salga’, sino que ante ciertas situaciones, eres más vulnerable a sentirte de esta forma, pero lo importante es que si ya lo trabajaste es más fácil que lo reconozcas y sepas cómo lidiar con eso, explica la psicóloga Erika Pavón.

“Y si lo pierdo. ¿qué hago?”, una guía de acompañamiento hacia el apego seguro

Como psicóloga, Erika Pavón se ha enfrentado a muchos casos de pacientes que llegan en un estado de desesperación total, con el miedo de perder a alguien y una vida incierta lejos de un vínculo que parece necesario. Ante esto, la experta decidió crear el libro “Y si lo pierdo, ¿qué hago?”, en donde además de recopilar testimonios sobre el apego inseguro y cómo impacta en la cotidianidad, también sirve como guía y refugio para quienes están transitando hacia un apego seguro.

De esos momentos de desesperación y angustia que puede vivir una persona la idea salió de hacer esta investigación, para que después se plasmara en un libro. Y sobre todo dar ese acompañamiento a las personas porque muchas veces cuando están pasando por ese tipo de situaciones, se sienten juzgadas, declara la autora durante la entrevista.

En la era digital, las redes sociales han exacerbado las manifestaciones de apego ansioso. Desde analizar los mensajes de texto hasta obsesionarse con el "visto" en aplicaciones de mensajería, estas plataformas amplifican nuestras inseguridades.
Fotografía: Chat GPT.

De esta forma, el libro de la autora surge como una guía accesible para cualquier persona que desee entender a sus patrones de apego y trabajar en ellos. Desde adolescentes que enfrentan dinámicas complejas, hasta adultos que lidian con la soledad, el libro ofrece herramientas prácticas y testimonios que buscan al lector en su proceso de sanación; además, con un enfoque terapéutico, el libro está diseñado para ser un complemento en el camino hacia el bienestar emocional, ya sea antes, durante o después de iniciar un proceso terapéutico formal.

Sobre todo el sentirte acompañado y también animarte a la terapia. Porque muchas veces sigo escuchando cosas como 'ay no sé, no estoy loco', y esperan ahí entrar en crisis, entonces este libro abre esa parte de darte los puntos específicos para que puedas empezar en la toma de conciencia, declara.

 Al cierre de la entrevista, la autora comparte un mensaje esperanzador: “no estás sola”. Y es que este libro no solo busca informar, sino también ofrecer acompañamiento y comprensión. En un mundo donde el miedo a perder puede paralizarnos, entender y trabajar en nuestros apegos es un paso hacia la libertad emocional y el crecimiento personal.

Con esta obra, la autora invita a las y los lectores a explorar sus emociones, comprender sus patrones de apego y embarcarse en un viaje de transformación hacia relaciones más saludables y significativas. Es un recordatorio de que, aunque el camino sea desafiante, la estabilidad siempre es posible a través del conocimiento de una misma. 

Las redes también promueven la romantización de relaciones codependientes, perpetuando la idea de que el amor verdadero implica estar constantemente juntos y pendientes uno del otro.
Fotografía: Freepik.

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