A medida que pasan los años nuestro cuerpo y cerebro envejecen. Las consecuencias del paso del tiempo se aprecian con mayor facilidad en nuestra apariencia pero el envejecimiento cerebral también existe y se va produciendo de una forma más silenciosa. Así, detectar algunos síntomas puede ser más difícil, aunque a partir de los 30 años se pueden distinguir algunas señales.
Son muchos los estudios que la ciencia ha abordado para dar cuenta de cómo envejece nuestro cerebro y de qué manera se va amoldando al paso de los años. La premisa es hallar los métodos para ralentizar este proceso y llegar a una vejez lo más lúcida posible.
Cómo cambia el cerebro después de los 30 años
En base a lo que ha descubierto la ciencia, la edad promedio en que comienza un proceso degenerativo de nuestro cerebro es entre los 30 y los 40 años. Desde ese momento se empieza a reducirse lentamente la función cognitiva, lo que nos demanda tener una vida un poco más activa, con estimulaciones continuas y relaciones sociales que ayuden a mantener las funciones del cerebro.
Entre los cambios que el cerebro sufre luego de los 30 años aparece la pérdida de volumen. El tamaño del cerebro comienza a ser cada vez menor debido a la disminución en la conexión de las células cerebrales, afectando principalmente al lóbulo frontal y dejando a la vista una mayor lentitud para procesar información, fallas en la memoria y en la concentración. La sustancia blanca del cerebro también se altera y esto puede traer consecuencias a la hora de comprender y procesar ciertos estímulos.
Otro de los cambios en el cerebro luego de los 30 años se da en torno a la estructura de las neuronas y en este apartado aparecen señales que luego en los adultos mayores se acentúa, como la serenidad y un ánimo más positivo. Por otro lado, la plasticidad cerebral tiende a disminuir con el paso de los años generando problemas para aprender nuevas habilidades y limitando nuestra capacidad de responder ante problemas cotidianos. Más allá de que estos cambios son propios del paso del tiempo, los especialistas recomiendan mantener una vida activa, con alguna actividad física, aprendiendo cosas nuevas y reforzando nuestras relaciones sociales.
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