El agotamiento físico y mental se ha convertido en una constante en la vida de muchas personas en la actualidad. Desde que el servicio de salud británico le puso nombre a este síndrome como "TATT" (tired all the time), se ha vuelto evidente que el estrés y los pensamientos rumiantes tienen un impacto significativo en nuestro bienestar.
A pesar de seguir las pautas de un estilo de vida saludable que incluye ejercicio, sueño adecuado y una alimentación equilibrada, muchas personas siguen lidiando con la fatiga crónica.
El estrés en general, y el "overthinking" o pensar en exceso en particular, son factores que contribuyen a esta fatiga. Personas que tienden a preocuparse en exceso y anticipar lo peor están en riesgo de agotar sus recursos mentales y físicos de manera constante.
Recomendaciones de la psicóloga
Según la psicóloga Jesús Álava Reyes, autora del bestseller "La inutilidad del sufrimiento", cuando nos preocupamos en exceso activamos automáticamente el Sistema Nervioso Autónomo (SNA), específicamente el sistema simpático. Esto tensa todo nuestro cuerpo como si estuviéramos preparándonos para enfrentar una amenaza inminente, lo que conduce a un desgaste físico exagerado, irritabilidad mental y una disminución en nuestro control emocional.
Incluso cuando estamos en reposo, la tensión generada por las preocupaciones excesivas causan fatiga, similar a la que experimentaríamos después de un ejercicio extenuante. Esta respuesta al estrés prolongado puede tener un impacto negativo en nuestra salud y bienestar en general.
La psicóloga Laura Palomares, de Avance Psicólogos, destaca que las preocupaciones crónicas también pueden elevar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la calidad del sueño, debilita el sistema inmunológico y tiene efectos perjudiciales para la salud en general.
Para combatir este agotamiento causado por el estrés y el "overthinking", los expertos ofrecen algunas recomendaciones:
- Mantén la actividad: Cuando aparezcan pensamientos recurrentes y rumiantes, es importante continuar con nuestras actividades diarias en lugar de detenernos a pensar en exceso.
- Deja ir el pasado: Evita darle vueltas a eventos que ya han ocurrido. Aceptar que no puedes cambiarlos o controlarlos te ayudará a liberar energía mental.
- Aprende a soltar el control: Reconoce que no puedes controlar ni arreglar todo en la vida. A veces, es necesario confiar en el proceso y dejar que las cosas fluyan.
- Utiliza el sentido común: Enfría las emociones extremas utilizando el sentido común y la lógica. A menudo, nuestros pensamientos irracionales pueden ser contrarrestados con pensamientos realistas.
- Fomenta el sentido del humor: El sentido del humor es una herramienta poderosa para reducir el estrés. No solo mejora el estado de ánimo, sino que también fortalece la salud física y mental.
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