La limpieza del hogar debe incluir todos los espacios comunes e individuales, como así también objetos que están en permanente uso. Luego de lavar los pisos, poner la lavadora, planchar y dejar el baño impecable, será turno de trabajar sobre los espejos. Parece imposible dejarlos impecables y sin marcas, pero con un poco de vinagre y mucha paciencia, tendremos un resultado asombroso.
Parece ser una misión imposible limpiar los espejos ya que el polvo y cualquier contacto dejarán manchas y suciedad en su superficie. Sin embargo, el vinagre tendrá la solución a este problema. En consecuencia, este solvente podrá darnos la mano que tanto necesitamos, siempre que se use en pequeñas cantidades y no en exceso. Dicho esto, será momento de saber cómo hacer la limpieza de los espejos.
Es necesario preparar un líquido especial para dejar los espejos relucientes y sin manchas, y para ello necesitaremos una taza de vinagre blanco, dos tazas de agua tibia y un rociador. Una vez que tengamos todos los ingredientes, debemos mezclarlos y comenzar a rociar suavemente y con cuidado cada una de las superficies a limpiar. Y en caso de que estos tengan un exceso de polvo, será necesario pasar previamente con una servilleta o papel de diario.
Una vez que la mezcla de vinagre está en el vidrio, habrá que utilizar un trapo sin pelusas o microfibra, y tallar en un solo sentido, sin colocar productos extra. Finalmente, de acuerdo a especialistas, deberás secar con toallas anti absorbentes o papel higiénico, con cuidado, para no dejar residuos del papel en los espejos.
En consecuencia, este truco con vinagre y agua será trascendental para que los espejos queden impecables y sin manchas. Es que dicha sustancia es un abrasivo leve que quitará suciedad y grasa de cualquier tipo de superficie y el vidrio no será la excepción. Para obtener mejores resultados, jamás habrá que usar el agua o el vinagre por separados.
