El mal olor del lavabo se debe a múltiples situaciones, perjudicando notablemente todos los ambientes ya que el olor desagradable se impregnará en todo el hogar. Este es uno de los problemas más comunes de una casa, por lo que la limpieza de las tuberías será esencial para que los sifones de desagüe del fregadero dejen de contaminar el ambiente.
En este contexto, el sifón cumplirá un rol esencial ya que se trata de un tubo doblemente acodado en el que el agua retenida impide la salida de los gases de las cañerías al exterior. De esta forma, un sifón colocado en las tuberías de un lavabo o la bañera, por ejemplo, bloqueará el paso del mal olor. Mientras que si el olor desagradable igual se presenta en tu hogar, podrás implementar estos trucos de limpieza.
La primera opción será utilizar vinagre y sal de frutas, ya que nos permitirá eliminar el mal olor del sifón. Para la limpieza, debemos echar en el sumidero una botella entera de sal de frutas, más un litro de agua caliente y medio litro de vinagre blanco de limpieza. Luego y de forma inmediata, tapa el desagüe durante 30 minutos. Cuando haya transcurrido el tiempo, deberás abrir el grifo con abundante agua caliente para terminar de limpiar el sifón. En este caso es importante saber que el vinagre debe ser el de limpieza porque su acidez es mayor. Lo ideal sería que no hayas utilizado el sumidero durante al menos una hora antes de realizar esta tarea.
Por otro lado, otro truco será implementar una mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre. En este caso debes echar en el sumidero una taza de bicarbonato de sodio más dos tazas de vinagre de limpieza. Verás reacción espumosa que debes tapar con el tapón o con una bolsa de plástico y dejar que la mezcla repose de 15 minutos. Posteriormente, deberás verter abundante agua caliente para limpiar los conductos.
Otra opción será utilizar amoníaco líquido para la limpieza de las tuberías. El amoníaco líquido es un producto ideal para acabar con la suciedad y el mal olor de las cañerías. El amoniaco tiene increíbles propiedades para acabar con los restos de detergentes y productos que se adhieren a las paredes de las cañerías. Uno de los principales ejemplos se da en el desagüe de la ducha, cuando no traga el agua. Acá deberás retirar la tapa con un destornillador, extraer todos los pelos y objetos que lo bloqueen y echar amoníaco líquido por el sumidero, dejando que el producto repose durante 5 minutos. Pasado el tiempo, y con agua a presión terminarás de limpiar la cañería de la ducha.