Tener un bebé en casa puede resultar todo un reto sobre todo para aquellas personas que son madres o padres primerizos, pues además de los cuidados diarios que requieren, también es necesario conocer otros aspectos que son totalmente normales en el desarrollo del menor; sin embargo, no todos son tan conocidos y pueden encender las alarmas en los cuidadores, ya que es muy fácil confundir un signo del crecimiento con un síntoma de alguna enfermedad.
Uno de los casos más comunes es la costra láctea, también conocida como sebo, que se forma en la piel cabelluda del bebé y que en muchas ocasiones se puede extender a otras zonas como la frente, cara y orejas; mientras que en otros casos, este tipo de dermatitis también puede detectarse en la zona del pañal, en las axilas y en pliegues o hendiduras. Por supuesto, al acabar con la piel lisa y perfecta de los recién nacidos, los padres pueden llegar a pensar que se trata de algo grave que hay que atender inmediatamente.
Si bien una visita al pediatra puede evitar preocupaciones, también es importante recordar que se trata de una afección que le ocurre a la mayoría de los bebés de entre dos semanas y el año de vida, y que aunque su nombre más común es costra láctea, el diagnóstico es dermatitis seborreica que es fácil de detectar ya que en el cuero cabelludo se comienzan a observar manchas escamosas que se pueden ver enrojecidas o peladas, así como manchas amarillas y grasientas.
Lo anterior es la mayor señal de alerta para los padres primerizos, ya que al tratarse de una afección que a simple vista podría hacer pensar que causa malestar en los bebés, en realidad los menores no suelen sentir comezón ni ninguna otra molestia. Aunque los expertos desconocen por qué se forma la costra láctea, sí existen recomendaciones para tratarla y erradicarla de la piel cabelluda de tu bebé
Aceites minerales
Una de las principales recomendaciones de los expertos para erradicar esta afección es recurrir a los aceites minerales, como la vaselina, y para ello sólo hay que tomar un poco del producto con la yema del dedo y aplicarla en la piel cabelluda del bebé, especialmente en aquellas zonas en las que las escamas son muchas.
Luego de dejar reposar el producto de tres a cinco minutos, hay que tomar un cepillo suave y comenzar a pasarlo por la cabeza hasta lograr desprender las escamas por completo. Finalmente, hay que lavar la zona con los cosméticos especiales para el menor.
Lavar la cabeza una vez al día
La higiene constante también es clave para quitar el sebo del cuero cabelludo de los menores, es por ello que al recibir el diagnóstico, los pediatras suelen recomendar lavar la cabeza de los pequeños una vez al día, es decir, durante el baño. Un truco es cepillar el cabello tanto seco como mojado hasta que las escamas se desprendan por completo y, posteriormente, lavar la zona con champú especial para bebés.
Cepillar al bebé
El tercero de los trucos se relaciona con lo anterior y se puede realizar a lo largo del día o antes del baño, pues cepillar el cuero cabelludo con un cepillo especial para bebés y con cerdas suaves es clave para retirar las escamas que produce el sebo de la costra láctea.
Aplicar cremas especiales
Aunque la afección suele desaparecer por sí misma, visitar al pediatra es necesario para recibir el diagnostico y ayuda especializada según cada caso, pues como advertimos, el sebo y aspecto escamoso se puede extender a otras partes del cuerpo. Es por ello que los profesionales de la salud pueden llegar a recetar champús o cremas especiales para tratar hongos, cuando se trata de otro tipo de infección.
Sin embargo, es muy importante no recurrir a la automedicación, sino visitar a un profesional que prescriba los productos adecuados para la edad del bebé y para su tipo de piel.
Para que todo lo anterior sea efectivo también es importante que los productos que se utilizan para los bebés sean los adecuados, es decir, buscar aquellas lociones, champús y cremas no engrasantes, pues esto favorecerá a que la dermatitis seborreica desaparezca por completo. Cabe señalar que incluso cuidados básicos y simples pueden marcar la diferencia, pues normalmente esta afección suele desaparecer por sí misma con el paso del tiempo.
Recuerda que antes de realizar algún cambio en el estilo de vida de tu bebé debes consultar a un profesional de la salud para evitar complicaciones y recibir el diagnóstico adecuado.
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