Conseguir un cuerpo de envidia requiere de mucha disciplina, comer bien y hacer mucho ejercicio, pero hay un aspecto muy básico que a las personas se les suele olvidar o que ni siquiera les pasa por la cabeza. Se trata de los horarios de comida y entrenamiento. Y es que hacer deporte justo después de comer no sería nada bueno, pues puede afectar directamente a nuestra salud.
De acuerdo con los expertos, hacer actividad física pesada luego de ingerir alimentos dificulta el proceso de digestión e incluso podría detenerlo; en casos más graves hay:
- Desmayos
- Mareos
- Cortes de digestión
No se quemarán más grasas, pues no ha dado tiempo a procesarlas
Algunos científicos sostienen que después de comer el cuerpo estará con mucha insulina, la cual impide que las grasas se quemen; en cambio, salir a dar una caminata sí que podría ayudar a la digestión y prepararte para tener una sesión de ejercicio más óptima. Por otra parte, tampoco es recomendable ir al gimnasio en ayunas, por lo que lo ideal sería dejar una o dos horas entre la comida y el deporte o la actividad física que hagamos.
Hacer ejercicio siempre va a ser beneficioso, pero debe hacerse adecuadamente para prevenir problemas futuros. Para bajar de peso, siempre es bueno combinar rutinas aeróbicas, que sirven para quemar calorías, y anaeróbicas, que son los encargados de tonificar los músculos. Es importante movernos todo lo que podamos y evitar el sedentarismo, y por otro, acompañar esa actividad física con un entrenamiento de fuerza.
No obstante, la mejor manera de sacarle el mayor provecho a una dieta y a las rutinas siempre es mejor acudir con un profesional, para que nos asesore y recomiende que es lo mejor para nosotros.
SIGUE LEYENDO...
msb