Al comprar tus manzanas, plátanos e incluso duraznos en el supermercado usualmente éstas tienen una estampilla, que además de clasificar a la fruta que estás apunto de comer, también te da información del origen de la mismas.
Aunque mucha gente suele retirar estas estampillas, también hay algunos despistados que muerden su manzana o pera con la etiqueta aún en la fruta, justo por esa razón son hechas a base de materiales no tóxicos, además de su vinculación directa con la comida.
ESTAMPILLAS SEGURAS
Estas etiquetas, cabe añadir, son seguras pues cumplen con la normatividad en relación a los materiales que usa para su elaboración, y además de dar información respecto a la fruta que acabas de comprar, por ejemplo, si la estampilla tiene un número nueve antes de los cuatro dígitos que normalmente presenta, el producto que adquiriste es de origen orgánico. Pero si tiene un 8 antes de los números, tu plátano o tu durazno es transgénico.
Pero si la etiqueta tiene solamente los cuatro dígitos, se trata de un producto, cuya cultivación fue de forma convencional.
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Las estampillas de la fruta, además de que son fáciles de desprender de las frutas, se producen a base de la fécula de papa, por lo que se pueden comer. Y para finalizar, estas pequeñas etiquetas también ayudan al ambiente pues con su uso se evita usar otro tipo de empaques que impliquen el plástico.
Y se pueden reciclar, si después de lavar tus frutos, encuentras varias de ellas, puedes pegarlas en una botella de Pet e irán directo a una máquina de reciclado.
Con información de Animal Gourmet
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