El Cañón del Sumidero es uno de los atractivos naturales más hermosos no sólo de México sino del mundo entero, está situado muy cerca de la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, en el poblado de Chiapa de Corzo, se puede llegar en transporte público o en automóvil sin ningún problema, incluso hasta caminando, ya que está a cinco kilómetros.
La majestuosidad de esta belleza natural es impresionante ya que en sus acantilados más altos ronda los mil metros de altura sobre el nivel del mar y su profundidad los 250 metros. En su boca sur, el cañón inicia en Chiapa de Corzo, y desemboca en el embalse artificial de la presa hidroeléctrica Manuel Moreno Torres, conocida popularmente como Presa Chicoasén.
Sin embargo, hay otra manera de disfrutar de su belleza, si no tomas una lancha en los embarcaderos de Chiapa de Corzo, puedes acudir a alguno de los cinco miradores que están situados a lo largo y ancho del cañón, que ostenta la categoría de Parque Nacional desde 1980.
Existen cinco miradores arriba de las enormes paredes rocosas del cañon, están situados como habíamos mencionado a lo largo de la carretera que lo rodea, aproximadamente hay una distancia entre el primero y el último, de 17 kilómetros.
Sus nombres son:
- El Tepehuaje
- Los Chiapas
- El Roblar
- La Coyota
- La Ceiba
En el caso del Roblar es un sitio espectacular rodeado por un sendero selvático, lo que te permite llevar a cabo actividades como caminata o avistamiento de aves.
En el primer mirador, “La Ceiba”, se puede admirar hacia la derecha el poblado de Chiapa de Corzo, a medida que acercamos la mirada podemos checar el efecto que produce el aparente crecimiento de las paredes rocosas del cañón, mientras el Grijalva parece que no tiene movimiento, sólo se aprecia el rastro que van dejando las lanchas que cruzan por en medio del río.
En la “Coyota” se observan las paredes rocosas aún con mayor proporción, son tan altas que apenas y se puede percibir el paso de la luz solar, sólo es posible admirarlo cuando se encuentra en su cenit, cerca del mediodía, alrededor del lugar se puede apreciar árboles muy grandes que pelean por la conseguir la energía y luz que les proporciona el astro rey.
En tanto, en el “Roblar”, como se había mencionado, es preciso caminar por un largo sendero empedrado entre árboles y arbustos propios de la selva, a lo largo de la caminata antes de llegar al mirador, se pueden admirar algunas especies endémicas, además de cientos de aves. Una vez estando en la terraza del mirador, las vistas de las paredes del cañón siguen siendo impresionantes, mientras los árboles y arbustos enraizados en dichas paredes, se aferran por no caer al Grijalva.
“El Tepehuaje”, es el cuarto del recorrido, permite ver gran cantidad de aves que se balancean, apenas con extender sus alas, por las corrientes de aire que transitan por la parte alta del cañón.
Aquí podrás observar a dos especies nativas de zopilotes, el de cabeza gris (Coragyps atratus) y el de cabeza roja (Cathartes aura), ambos animales anidan en las partes altas, si recorres el cañón desde abajo en lancha, podrás contemplarlos mientras planean encima de ti, en tanto, por arriba, puedes verlos de cerca para tu deleite.
Finalmente, llegaremos al mirador más lejano, “Los Chiapa”, se encuentra ubicado en unos de los recodos más pronunciados del cañón, desde este lugar puedes observar el cauce del Grijalva en unos noventa grados, si miras a la izquierda verás que el río ‘desaparece’ cientos de metros por debajo de la terraza del sitio; sin duda, es una vista también muy bonita.
¿Cómo llegar?
Desde Tuxtla Gutiérrez, tomar la Calzada al Sumidero, seguir el camino hasta llegar a la Caseta Operativa de Control del Parque Nacional, también puedes optar por rentar un tour, distintos prestadores de servicios pueden llevarte al recorrido o bien, puedes hacerlo también por transporte público.
¿Qué dices, te animas a recorrerlos?
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