A unos cuantos metros del centro de Guadalajara se encuentra la Mansión Clover Lawn, una de las más antiguas casonas de la metrópoli que data del año 1866, aseguran la guía turística Lupita Villaseñor a El Heraldo de México.
Clover Lawn es uno de los pocos edificios que niega la entrada a sus instalaciones, y los que han podido entrar con consentimiento de los dueños, aseguran que el segundo piso queda estrictamente prohibido sin importar quien sea ya que, insisten, aún hay sangre del último asesinato ocurrido en este punto.
La edificación perteneció a un masón Irlandés que se estableció en Guadalajara pero tras el inicio de la Revolución Mexicana, perdió la propiedad.
Según la guía, una de las familias que habitó ahí se volvió loca, ya que el padre asesinó a todos sus integrantes y posteriormente se suicidó.
Para eliminar los mitos, una periodista local decidió entrar asegurando no temer a los “fantasmas”; sin embargo, compartió su experiencia e insistió que la vibra al entrar a este hogar es sumamente pesada y que es algo que jamás volvería hacer.
Uno de los fantasmas es una niña
Los jardineros y guardias que ocasionalmente dan mantenimiento al hogar, aseguran haber visto a una niña dentro de la casa durante sus horas de trabajo.
El morbo sobre la propiedad aumenta para los visitantes cuando notan que ésta se encuentra cubierta con bandas negras, alambres de púas y un gran candado que asegura que nadie pueda pasar.
Hay un recorrido terrorífico
En el recorrido “Guadalajara oculto”, los organizadores acercan a la experiencia terrorífica de algunos sitios en los que se llevaron a cabo asesinatos o habitan presencias fantasmales.
Casa de los perros, Catedral, Templo Expiatorio, La bombilla, Plaza fundadores y Panteón de Belen, son el completo de este tour que dura aproximadamente cinco horas y en cada uno se narran los horrores que se vivieron en cada uno de estos puntos.