Julián Figueroa, hijo de Maribel Guardia y Joan Sebastian, murió la noche de ayer 9 de abril a los 27 años de edad, a causa de un infarto fulminante, derivado de una arritmia cardiaca -según informó el médico que lo revisó-. El cantante y actor fue encontrado sin vida en su casa ubicada en la alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México.
Es así que el mundo del espectáculo vuelve a ponerse de luto por el fallecimiento del joven actor, compositor y cantante, quien lamentablemente dejó a su esposa Imelda Garza Tuñón (actriz y modelo), con quien contrajo matrimonio en 2017, y a su pequeño hijo José Julián de 5 años de edad, quien llegó a la vida de la joven pareja en el 2018.
Julián Figueroa, en una entrevista con Gustavo Adolfo Infante, compartió que él no tenía miedo de la vida, porque jamás le había hecho daño a nadie y que se encomendaba diario a Dios para que le permitiera vivir muchos años para ver crecer a su hijo, que es la persona a quien más amaba.
“Pero yo no le debo nada a nadie; si alguien me quisiera hacer daño sería de gratis, porque yo soy una persona que ha dirigido su vida con verdad, con justicia, con amabilidad, y yo nunca le he hecho daño a ninguna persona. Entonces, yo no tengo miedo”, comentó el joven cantante.
“Me encomiendo al creador y que me cuide. Le rezo a Dios; le pido por mí, le pido por mi hijo, que me dé muchísimos años de vida para cumplir mis sueños como artista, realizarme como hombre, como ser humano sobre todo, para poder ver a mi hijo crecer, que es la persona a la que más amo”, subrayó Julián Figueroa.
Detalló que lo importante en la vida “es siempre tener una meta (…), desearlo, luchar por ella y una vez que llegues, tener otra y otra y otra (meta)”. “La vida es de siempre visualizar algo que tengas que alcanzar, tener una estrella en el horizonte hacia la cual navegar”.
Comentó que a pesar de ser hijo único por parte de Maribel Guardia, ella lo crió bien. “Soy consentido en algunas cosas -sí, por qué no-, pero también mi mamá me crió bien, creo que hizo un buen trabajo como madre; nunca fui el niño que tenía todo lo que quería, en el momento que lo quería, no”, señaló.
Sobre Joan Sebastian, Julián Figueroa aseguró que “era un hombre maravilloso”. “Lo recuerdo como un gran maestro de vida. Fue un privilegio ser testigo de su camino de vida por este mundo. Fue una persona que era muy mágica; tenía unos ojos de niño y él lograba asombrarse de las cosas que nosotros luego pasamos por alto, pero que son las cosas que son la esencia de esta vida, lo que hace bonito estar vivo”, recordó.
“Estar con él te contagiaba de esta locura, te hacía ver las cosas mucho más mágicas”, compartió el también actor.
El joven cantautor dijo que su padre le heredó las ganas de trabajar, “de ganarme lo mío, de no preocuparme por lo que él me haya dejado -que estoy muy agradecido por las cosas que me dejó-, pero luchar por crear mi propio patrimonio y el día de mañana yo dejarle algo a mi hijo”. “Su esencia, en el alma, es la herencia más grande que puedo tener”, expresó.
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