“No vale nada la vida, la vida no vale nada”, es una de las icónicas frases de José Alfredo Jiménez, uno de los artistas más representativos de la música regional mexicana.
José Alfredo Jiménez fue intérprete y compositor de exitosas canciones como “En el último trago”, “Te solté la rienda”, “Llegó borracho el borracho”, “Un mundo raro”, “Ella”, “Tu y las nubes” y “Caminos de Guanajuato”, por mencionar algunas de todas las que son famosas.
Pero “Caminos de Guanajuato” tiene una historia muy particular para la vida del artista originario de ese estado, pues nunca le había escrito una canción al lugar en el que nació y la razón la que lo hizo no es muy feliz.
Según las palabras de su hijo José Alfredo Jiménez Medel, su padre compuso la melodía debido a una petición y reclamo de un familiar cercano. En una grabación que fue compartida a través de TikTok en la cuenta de @elnietodelrey dice que fue escrita para “Nacho”, hermano de José Alfredo quien vivía en Salamanca, Guanajuato, y que falleció a temprana edad a consecuencia de problemas del páncreas.
El músico ya había alcanzado la fama y en la radio ya se escuchaban algunos de sus proyectos que contenían hermosas letras de amor, desamor y corridos, entre los temas que se tocaban se hacía alusión a otros Estados de la republica, algo le parecía indignante a Nacho, pues aun no cantaba una canción para su Guanajuato.
“Le decía entre broma y enserio que cómo era posible que le hubiera escrito canciones a Jalisco, Zapopan, Querétaro, Aguascalientes, Chihuahua y que a su tierra nunca le había escrito una canción.
Al morir Nacho, José Alfredo llegó al funeral y sus primeras palabras fueron “No vale nada la vida, la vida no vale nada”, ahí empezó la historia.
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