Karla Hernández es la encargada de que la estadía de los artistas internacionales, que visitan México para un concierto, sea placentera. Desde meses antes del show, se contacta con los representantes para ver hospedaje, comida y necesidades de estrellas como Roger Waters, Metallica o Kiss.
Su último evento masivo fue el Vive Latino de 2020 en el Foro Sol, 14 y 15 de marzo, durante el festival se encargó de coordinar todo el transporte para que los artistas estuvieran en el escenario a la hora pactada. Aunque todo salió como lo tenía planeado, no fue un show más, ese fin de semana fue su última asignación del año. Días después se hizo oficial, la pandemia estaba en el país, y todos los eventos se cancelaron.
“El 2020 fue brutal. La pase mal. Al principio tenía la esperanza de que no duraría mucho, que a mitad de año regresaríamos… no pasó. Con esa idea, no me moví mucho para buscar trabajo, ya cuando vi la realidad, era demasiado tarde; muchos negocios quebraron, las empresas despidieron a muchos… Sobreviví sin mucho qué hacer. Salían chambitas, nada importante, sin ingreso estable, ni suficiente”, contó.
Hernández entró a este mundo en 2002, cargando sillas y jalando cables. Por su trabajo la invitaron a otro proyecto y poco a poco fue subiendo de puesto. Más tarde cuando abrieron El Plaza Condesa se encargó de la coordinación.
RECUERDOS AGRADABLES
Hoy piensa en esos años con alegría, pese al estrés al que estaba sometida constantemente para que el artista pasara un buen rato en el país, ella disfrutaba cada momento. Recuerda una ocasión en la que comió hamburguesas con Scorpions en Johnny Rockets. “Era un poco surrealista, porque si aún fuera del escenario, se ven super rockstar, pero ahí estábamos comiendo y platicando, fue padre”, mencionó.
También extraña el estrés, cuando un artista o banda necesita algo, ella debe solucionarlo de inmediato y en una ocasión sufrió buscando un cierre para el vestido de una estrella en un día feriado y 10 minutos antes de que las tiendas de telas cerraran en la CDMX. De cada evento guarda sus acreditaciones y colecciona plumillas, a veces se las pide ella misma al talento o a través de sus mánagers, pero tiene pocas fotos, ya que respeta la intimidad de los artistas. “Hay que tener límites, por más que te guste una banda, no puedes ser fan”, afirmó.
DATOS
En el Vive Latino 2020, en su equipo había cerca de 100 personas trabajando, todas se quedaron sin empleo.
Varios de sus compañeros emprendieron negocios o se pusieron a vender cosas.
Para un festival como el VL hay cerca de mil personas en el staff, la mayoría es freelance.
NÚMEROS
2002 entró a la industria.
2008 empezó a trabajar en logística.
2011 trabajó directo en El Plaza Condesa.
FRASE
“Ha sido terrible, muchos compañeros siguen batallando, algunos son creativos, pero es difícil”, contó.
Por Patricia Villanueva Valdez
dza