Marco Antonio Regil contó cómo fueron los últimos momentos de su madre, Irma Sánchez, víctima del Alzheimer. Destacó que lo más difícil fue la temporada en la que intentó evitar que la enfermedad avanzara.
El conductor contó a Yordi Rosado que la demencia que comenzó a tener la mujer le ocasionó problemas sentimentales importantes a él, debido a que no sabía lidiar con la enfermedad; el momento cumbre de esto, dijo, fue cuando dejó de reconocerlo.
Por temor a al padecimiento y lo que haría con ella, narró, la presionó durante meses para que tratara de evitar que su memoria se fuera, pero al final descubrió que no podía hacer nada y tenía que dejar de pelear con ella o llevarle la contraria, ya que estaba en una condición que ninguno de los dos podía controlar.
"Pasa un tiempo largo, uno se desespera en el que no quieres que se vayan", dijo.
Durante la charla en la que también habló del sufrimiento que significó para él haber sido rechazado por su padre, Regil aseguró que llegó un punto donde doña Irma podía reconocía solamente en fotografías, ya que cuando lo veía en vivo no tenía idea de quién era.
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Su último momento como madre
Pese a esto, la estrella de "Atínale al precio" nunca dejó de cuidarla, por lo que pudo estar presente durante los últimos momentos de lucidez que tuvo, los cuales se caracterizaron por que lo reconoció y además ambos pudieron cantar "Cielito lindo" durante unos 15 minutos.
Durante la charla, Marco Antonio narró que durante los últimos días de su mamá los pasó sedada con morfina y sin poder comer o beber, ya que su organismo había olvidado cómo realizar esta función.
""Le quedan entre cinco y 20 días", cuando me dijo eso...", dijo.
Estos días, contó, hizo un "círculo de amor" con sus familiares para cantarle, agradecerle y reconocer la vida que tuvo, mientras recibía los cuidados paliativos.
Pasaron 15 días en los que el cuerpo de la mujer comenzó a descomponerse. Al notar que la mujer se resistía a morir, el doctor le pidió a los parientes que la dejaran sola para que pudiera irse.
En la madrugada, el conductor recibió la llamada del médico, quien le comentó lo ocurrido. Como parte de la despedida, tuvo que ayudar a un hombre de la funeraria a meter el cadáver de su mamá dentro de una bolsa. Tras esto, salió de la clínica durante la madrugada.
"En un parque con mi perro a las tres de la mañana sentí que me estaba volviendo loco", dijo.
Aseguró que este fallecimiento sirvió para enterarse de que todo lo que había hecho era para que su madre se sintiera orgullosa, lo cual desarrolló una crisis relacionada con el personaje del hijo que él mismo se construyó.
En terapia, comentó, un especialista le dijo que para él su mamá significó todas las relaciones de su vida y destacó que aún no ha podido recuperarse de la pérdida.
"Nunca pensé en suicidarme, pero sí llegué a decir que no tenía intenciones de vivir", dijo.
Explicó que aún tiene pesadillas y sigue doliéndole la herida, por lo que sigue platicando con ella en sueños o de manera figurativa a lo largo del día para poder lidiar con el sufrimiento. En estas experiencias oníricas, aseguró, siempre que intenta hablar de forma profunda con ella se va.
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