Arturo García Rodríguez es un nombre que, a simple vista, quizá no cause mayor conmoción o reparo en saber de quién se trata. Si éste cambia por Arturo de Córdova, innegable será la cantidad de suspiros que soltarán toda una generación que le miró en sus películas, a mediados del siglo XX. O, en el mismo tesón, de la admiración y respeto que muchos varones expondrán hacia uno de los mejores actores que legó el cine nacional en la siempre destacada época de Cine de Oro.
Sin mejor presentación que cada una de las más de 100 películas en su carrera, Arturo de Córdova fue uno de los mejores representantes del mundo histriónico nacional, dominando en 80 filmes mexicanos y otros tantos más realizados en producciones estadounidenses, así como roles para cintas hechas en Brasil, Argentina, Cuba, Venezuela y España.
Este 3 de noviembre es debido recordarle, puesto que hace 48 años partió de este mundo, en el año 1973 y a consecuencia de un irremediable mal que le aquejó súbitamente.
Arturo de Córdova, de México para el mundo
Conocido como Arturo de Córdova, este actor mexicano contó películas que destacaron por la maestría para interpretar personajes, igual en tesituras dramáticas que de comedia negra, siempre sosteniendo cada papel con especial capacidad para captar la atención del público y mantener la relación en escena, con otros actores, de manera natural e impecable.
Entre sus trabajos más destacados se encuentran películas como: La selva de fuego (1945), Dios se lo pague (1947), La diosa arrodillada (1947), En la palma de tu mano (1951), Las tres perfectas casadas (1953), Él (1953), Un extraño en la escalera (1955), El esqueleto de la señora Morales (1960), El pecador (1965) y La agonía de ser madre (1970).
Marga López, el amor de su vida
Complicado sería tratar de resumir su andar profesional, pero es debido destacar como un punto y aparte el momento en que la actriz Marga López llegó a su mundo para ser una de sus más constantes compañeras de pantalla, claro está, luego de convertirse primero en su pareja y mujer.
Como se dijo, primero tuvieron una relación cinematográfica y luego sentimental. Es verdad que se unieron sentimentalmente a mediados de los años sesenta, en 1964, cuando él se separó de su esposa Enna Arana, quien dicho sea de paso nunca le concedió el divorcio, Desde entonces, Arturo de Córdova compartió con Marga López una vida.
Para ir un paso atrás, primero comenzaron su labor en la pantalla. En 1948 filmó con ella Medianoche, la primera de las quince cintas en las que trabajaron juntos. A ésta se unieron comedias como Mi esposa y la otra (1951), ¿Qué haremos con papá? (1965) y Mi esposa me comprende (1957).
De igual manera, abundaron su labor con melodramas como La entrega (1954), Amor en cuatro tiempos (1954), Feliz año, amor mío (1955), La ciudad de los niños (1956), El amor no es pecado (1964); El pecador (1964), Cuando acaba la noche (1964) Juventud sin ley (1965), Los perversos (1965) y La agonía de ser madre (1969).
Enfermedad y muerte años después
Para el año 1967, Arturo de Córdova ya era un actor de renombre a nivel nacional e internacional. Había participado de gran cantidad de filmes, por lo cual fue lamentable que en ese año sufriera una embolia cerebral que paralizó la parte izquierda de su cuerpo.
A pesar de esto, continuó actuando y casi no fueron notorias las secuelas de su padecimiento. Incluso tuvo una última aparición en la pantalla grande a lado de Mario Moreno “Cantinflas” en El Profe (1971). Grandes amigos, Cantinflas le visitó en los últimos momentos de su vida, cuando estaba internado ya de gravedad.
De esta forma y dejando un legado tan incuestionable como impresionante, Arturo de Córdova murió un 3 de noviembre de 1973 en la Ciudad de México tras sufrir una apoplejía (accidente cerebrovascular) a los 65 años. Tras este suceso, dejó viuda a la actriz Marga López y sus restos reposan en el Panteón Jardín de la capital mexicana.
SEGUIR LEYENDO
Así fue el romance PROHIBIDO y poco conocido de Arturo de Córdova y Ramón Gay
Famosa actriz argentina opacó a María Félix; fue el rostro más bello del Cine de Oro