Como suele ocurrir en la industria de la música, Ana Gabriel fue una de las muchas jovencitas que fue condicionada para poder grabar su primer disco. En su entonces, contó en una vieja entrevista para Cristina, pudo escapar gracias al ingenio.
Ana Gabriel era una joven de un metro y medio de estatura, de una potente voz y un rostro que cautivaba a los hombres a donde quiera que fuera.
Cierto día, esto llamó la atención de un empresario, quien le dijo que contaba con los recursos para ayudarla a producir su primer disco musical.
Tenía entre 15 y 16 años cuando sabía que su verdadera pasión en la vida estaba ligada al canto, por lo que las palabras del hombre hicieron que viera una oportunidad.
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Aceptó grabar el disco
Los hechos, narró la artista, ocurrieron durante la fiesta de Navidad de la empresa en la que trabajaba, en Baja California. Como parte del espectáculo se le había permitido cantar con un trío.
Sin hacer ninguna oferta más que hacer la maqueta para iniciar su carrera, el hombre la citó en un estudio, donde la intérprete registró su canto en formato físico..
Al notar que esta producción no veía la luz, acudió al sujeto para preguntarle qué era lo que faltaba para poder comenzar a distribuir la música que la lanzaría al estrellato.
El hombre contestó que este proyecto no vería la luz a menos de que ella se acostara con él. Incluso, le dijo que era lo acostumbrado en el medio, así que no debía tener quejas.
"Las artistas se tienen que entregar a ellos, pues sexualmente", dijo la estrella para narrar lo acontecido.
¿Cómo engañó al hombre?
Fue entonces que a Ana se le ocurrió la idea de embaucar al charlatán y cambió las reglas del acuerdo. Para engañarlo, contó, le dijo que se entregaría a él, pero primero debía tener garantía de que el disco ya hubiera salido.
El sujeto aceptó y entregó mil discos en la casa de la artista. Ella le dijo que cumpliría con su parte del trato, así que le dijo que la recogiera en su casa por la noche.
"Compro el boleto de camión de Tijuana a Guamúchil, llega este señor, me entrega todos los discos como al medio día; entonces le digo ven por mí y a tales horas, pero a tales horas yo ya iba rumbo a Guamúchil", dijo.
Destacó que después de varios años volvió a Tijuana para cantar con el miedo de que el sujeto saliera de algún sitio para reclamarle o hacerle daño. Al final sí se encontró con él, pero no le hizo nada.
Esta producción fue con la que se presentó a las disqueras para obtener una oportunidad, aunque faltaron 10 años para que confiaran en ella y le permitieran usar su propio estilo al cantar.
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