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Meghan y Harry: Ésta es la aterradora historia de la finca que colinda con su casa

La nueva mansión de Meghan y Harry cubre todas las necesidades que requeriría la pareja, sin embargo la propiedad vecina puede darles algunos inconvenientes

Meghan y Harry: Ésta es la aterradora historia de la finca que colinda con su casa
La lujosa residencia adquirida por Meghan y Harry se encuentra en Montecito, California. FOTO: @hrhofsussex

A solo una semana que se diera a conocer la nueva mansión que Meghan Markle y el Príncipe Harry adquirieron en California, saltaron los rumores sobre algunos posibles inconvenientes que podrían llegar a tener los exmiembros de la realeza británica, ya que al parecer la finca colindante a la propiedad tiene una aterradora historia.

La lujosa residencia adquirida por Meghan y Harry ubicada en Montecito, California, y valuada en 14 millones de dólares, tiene algunos inconvenientes; de principio la propiedad parece estar construida sobre una zona inestable y que al parecer hace poco tiempo estuvo a punto de ser sepultada.

La historia de la finca vecina

Por si eso fuera poco se reveló que la finca que colinda con la propiedad cuenta con una aterradora historia relacionada con su expropietario. De acuerdo con el diario británico Daily Mail, esta finca perteneció a Stanley McCormick, un hombre heredero de la fortuna de su padre y conocido por padecer esquizofrenia y ser un adicto al sexo.

De acuerdo con el rotativo inglés, McCormick fue el inventor de la segadora mecánica, aparato que revolucionó la agricultura en el siglo XIX. Sin embargo debido a su enfermedad, el hombre fue confinado en el segundo piso de su propiedad, localizada en Rock Estate, a lo largo de 40 años.

Constantes episodios de violencia

McCormick mostraba episodios de violencia y fue considerado como un peligro para las mujeres, incluidas sus hermanas y su esposa Katherine. Las obsesiones sexuales del hombre eran de tal grado que era obligado a dormir con un arnés de cuero, para mantener las manos junto a sus tobillos, y evitar a toda costa que se tocara.

Esto último de acuerdo con la novela Riven Rock, publicada en 1998 por T.C. Boyle, un escritor que decidió escribir la historia de Stanley McCormick. Su esposa incluso llegó a contratar a un científico del comportamiento y a diversos médicos para encontrar una cura al problema de su esposo, sin embargo ninguno de ellos tuvo éxito.

Debido a esto con el tiempo tanto la esposa de McCormick como su mamá ya no pudieron tener contacto con él y solo lo podían ver mediante binoculares. Fue finalmente en 1947 cuando Stanley murió de una neumonía.

Por Redacción Digital El Heraldo de México

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