El pasado domingo 15 de enero entraron en vigor las modificaciones al reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco. Con ello, queda prohibido exhibir las cajetillas de cigarros en los mostradores de tiendas y otros puntos de venta.
Esto, para algunos fumadores y empresarios, fue una afrenta, un acto discriminatorio o una declaratoria de guerra contra los cigarrillos. Pero para Carlos Gámez, director de la Oficina de Control del Tabaco, es una victoria para la salud pública.
“No es un tema que moleste o incomode, es un tema que enferma”, expresó en entrevista con Paulina Greenham y Alejandro Cacho en el programa Esta Mañana de El Heraldo Media Group.
El funcionario señaló que estas medidas son para privilegiar la salud pública, así como el interés superior de la niñez. Asimismo, aseguró que la decisión está basada en la mejor evidencia científica y recomendaciones internacionales.
Al respecto de las críticas, Gámez puntualizó que no es una prohibición a fumar, sino que es definir los criterios más puntuales donde no se puede consumir tabaco. Asimismo, anotó que las sanciones existen desde que se crearon las regulaciones en 2008, tanto para los ciudadanos, establecimientos y a la industria.
Apuntó además que lo que se está buscando es empoderar al ciudadano para que sean garantes de la salud. Resaltó que sanción social es la que predominará y recordó que ahora nadie se atreve a sacar un cigarrillo en medio de un restorán o un avión.
Por último, anotó que las medidas de control del tabaco han sido un referente para la regulación de otros productos. Puso de ejemplo los impuestos para la venta de artículos que dañan la salud o el etiquetado de advertencia contra los daños para la salud.
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