El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el crecimiento de la economía mexicana no superará el tres por ciento esperado por las autoridades federales para el fin de 2022. Al respecto, el economista Alexis Milo, tuvo una conversación con Mario Maldonado para la señal de radio de El Heraldo Media Group.
El experto indicó que las proyecciones publicadas ayer por el FMI corresponden a los análisis de la economía mundial que realiza este organismo en abril y octubre. Este último reporte, comentó, prevé la disminución del PIB en un tres por ciento a nivel global debido a la pandemia, así como el conflicto entre Rusia y Ucrania.
"Esta desaceleración se da tanto para las economías avanzadas como para las economías en desarrollo", dijo.
Hay proyecciones pesimistas
Explicó que el gran cambio en los pronósticos es que ya no se ve al próximo año como un periodo de recuperación en el mundo y que incluso la población mundial sentirá que se encuentra en una recesión y una plusvalía aún menor de la que se tenga en 2022.
El 2023, explicó, se espera que haya un crecimiento de 1.8 por ciento, mientras que el Fondo Monetario Internacional prevé que haya un freno en el mercado nacional que posicionará al PIB en un 1.2 por ciento. Esto estaría relacionado con la economía de Estados Unidos, así como las estrategias relacionadas con el manejo de la Reserva Federal norteamericana.
La cadena de suministros, asi como el aumento de los costos ha afectado a varios sectores. Inclusive, Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos aseguró que el sector automotriz de México no se recuperará sino hasta 2025 por la crisis de semiconductores.
La FED complica la dinámica
Explicó que en el caso de México se prevé que no haya una plusvalía de más del 2.1 por ciento, lo cual calificó como un pronóstico optimista comparado con lo que los bancos que operan dentro de la nación han evaluado, los cuales incluso registran posibilidades menos positivas.
Indicó que el aumento de la tasa de interés, así como las estrategias del gobierno de Joe Biden para contener la inflación ha ocasionado una desaceleración del consumo, lo cual ha afectado a todo el continente. En cuanto al caso de Europa, comentó, el problema se relaciona en mayor medida con el incremento en los precios de los energéticos.
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