En abril, la inversión fija bruta (gasto en maquinaria, equipo y construcción, nacional e importado) y el consumo registraron comportamientos mixtos.
Durante el mes, la inversión, que es clave para detonar crecimiento futuro, se contrajo 0.9 por ciento con respecto a marzo, su primer caída mensual en el año.
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“El resultado se dio en un mes en el que la economía en su conjunto retrocedió 0.2 por ciento (mes a mes), pero tanto las exportaciones como el consumo privado crecieron, por lo que la inversión explica gran parte del comportamiento”, señaló Marcos Arias, analista de Monex.
De manera anual, la inversión fija bruta, pública y privada, se disparó 42.1 por ciento, por un efecto rebote, ya que en abril de 2020 cayó más de 38 por ciento.
Pese al avance, el indicador se ubicó en 93.8 unidades, niveles vistos en 2011 antes de la pandemia.
“A inicios del segundo trimestre de 2021, la inversión parece haber dejado de lado los factores que la consolidaron como uno de los motores de crecimiento entre enero y marzo. La incertidumbre en este periodo se incrementó en función de las disrupciones de las cadenas globales de valor, la posibilidad de una política monetaria menos expansiva y la temporada electoral en nuestro país”, señaló Arias.
En lo que se refiere al consumo, éste avanzó 1.2 por ciento en abril, con respecto al mes previo, la segunda alza consecutiva.
“Es señal de que la demanda interna continuó recuperándose ante el relajamiento de las medidas de confinamiento durante abril”, dijo Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
De manera anual, la demanda de las familias mexicanas aumentó 25.3 por ciento. Al igual que la inversión, se trató de un efecto rebote (base de comparación baja), debido a que en abril de 2020 se contrajo 22.9 por ciento.
Con el avance, el índice, que se ubicó en 113.2 unidades en el cuarto mes del año, se ubicó en niveles de 2017.
SSB