INEGI

Ni bicis ni motos, los mexicanos prefieren autos

El 46.48% de las viviendas en el país tiene al menos un vehículo; en tanto, 21 y 12% de éstas cuenta con una bici y una moto, respectivamente

ECONOMÍA

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La adquisición de autos supera el de viviendas. Créditos: Especial

Las viviendas con al menos un vehículo particular se multiplicaron de 6.99 a 16.34 millones durante las últimas dos décadas, lo que significó un crecimiento de 134 por ciento o 6.7 por ciento en promedio anual, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Sin considerar camiones ligeros, entre 2000 y 2020 se vendieron 698 mil 64 automóviles en promedio anual en el país, entre subcompactos, compactos, de lujo, deportivos e importados.

El carro se convirtió en el medio de transporte preferido de muchos mexicanos por comodidad, por las grandes distancias que recorren y por seguridad, lo cual se refleja en las condiciones de tránsito de ciudades como la capital del país, señaló Héctor Magaña, analista del Tec de Monterrey. 

En los últimos 20 años, el número de autos particulares en México aumentó 6.54 por ciento en promedio anual, para llegar a 34.49 millones en 2020.

Ante este comportamiento, la participación de las casas-habitación con al menos un automóvil o camioneta aumentó de 32.50 a 46.48 por ciento en el periodo, da cuenta el Censo de Población y Vivienda. 

El auto aún es más popular que las bicicletas o motos, de las cuales, en 2020, hubo al menos una en 21 y 12 por ciento de las casas habitación, respectivamente.

Los datos del INEGI revelan que mientras el número total de viviendas en el país se incrementó 63.4 por ciento en las dos décadas, el de aquellas con auto se disparó 134 por ciento.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) asegura que las ciudades mexicanas han dado más importancia al flujo de automóviles que a la movilidad de las personas, lo que genera mayor congestión.

Además, de acuerdo con el Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo, las opciones de transporte público son reducidas y deficientes y los costos de los automovilistas son artificialmente bajos, debido a los subsidios que se dan en los combustibles.

Por Fernando Franco 
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