El Trofeo Heisman es un premio otorgado anualmente al mejor jugador de fútbol americano colegial de los Estados Unidos. Es uno de los premios más prestigiosos en el ámbito del fútbol americano universitario y ha sido entregado desde 1935. El galardón lleva el nombre de John Heisman, un influyente entrenador y administrador deportivo que ayudó a popularizar el fútbol americano en las universidades de Estados Unidos.
El trofeo Heisman se distingue por su diseño, que presenta una figura de un jugador de fútbol americano en una pose característica de corredor, sosteniendo el balón en una mano mientras se desplaza hacia adelante, lo que simboliza la excelencia en el juego.
En este 2024, el trofeo anual fue entregado a Travis Hunter, el jugador de doble función de la Universidad de Colorado. Hunter, quien desempeña tanto como receptor abierto como esquinero, hizo historia al convertirse en el segundo jugador de los Buffaloes en recibir el trofeo, uniéndose al legendario corredor Rashaan Salaam, quien lo ganó en 1994.
Hunter, en una votación arrolladora, recibió 552 votos de primer lugar y 2,231 puntos, dejando atrás a Ashton Jeanty, corredor de Boise State, quien quedó segundo con 309 votos de primer lugar y 2,017 puntos. Dillon Gabriel, quarterback de Oregon, y Cam Ward, quarterback de Miami, completaron los primeros cuatro puestos de la votación para el 90º Trofeo Heisman, presentado cada año desde 1935 al jugador más destacado del fútbol americano universitario.
¿Cómo fue entrega del Trofeo Heisman?
La ceremonia, celebrada en el icónico Jazz at Lincoln Center de Manhattan, estuvo marcada por la presencia del entrenador Deion Sanders, quien, en su segunda temporada al mando de los Buffaloes, lideró a Hunter y al equipo hacia una notable transformación en la temporada. De un modesto récord de 4-8 en 2023, Colorado alcanzó un 9-3 en 2024, lo que les permitió regresar a los playoffs de la NCAA y asegurar su primera invitación a un bowl en cuatro años. El equipo, clasificado en el puesto 20, se medirá ante el No. 17 BYU en el Alamo Bowl el 28 de diciembre.
Hunter, quien se destacó tanto en ofensiva como en defensiva, tuvo una temporada impresionante que lo catapultó al estrellato. Como receptor, acumuló 92 recepciones para 1,152 yardas y 14 touchdowns, además de una anotación por tierra. En defensa, su impacto fue igualmente notable, con cuatro intercepciones, 32 tacleadas, 11 pases desviados y un crucial balón suelto forzado en una victoria en tiempo extra sobre Baylor.
A pesar de su prominencia en el fútbol universitario, Hunter ha tomado la decisión de jugar en el Alamo Bowl, en lugar de descansar para prepararse para el draft de la NFL, una práctica común entre los prospectos de alto perfil para evitar lesiones. Este gesto subraya su compromiso con el equipo y con la institución, mientras se prepara para dejar su huella en la liga profesional. Se espera que Hunter sea seleccionado entre las primeras cinco selecciones del draft de la NFL, con posibilidades de ser la primera elección general.
El mariscal de campo de 6 pies y 1 pulgada y 185 libras, originario de Suwanee, Georgia, jugó un total de 1,360 jugadas esta temporada, con 688 en defensa y 672 en la ofensiva, lo que lo convierte en el único jugador en la conferencia Power Four con más de 30 jugadas en ambos lados del balón. Su versatilidad y rendimiento excepcional lo han convertido en una de las figuras más emocionantes y completas del fútbol universitario actual.
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