Reconocido como el mejor delantero mexicano en la historia de la Liga MX y el segundo mejor de todos los tiempos con 294 goles defendiendo las camisetas de Cruz Azul (169), América (78), Monterrey (20), Necaxa (13), Atlante (7) y Chivas (7); Carlos Hermosillo sin duda es una leyenda del futbol mexicano.
Uno de los pasajes más conocidos, sino es que el más importante de toda su carrera, fue el vivido en aquella ensangrentada e histórica final de liga de 1997; cuando el Cruz Azul de Luis Fernando Tena, enfrentó al León de Carlos Reinoso en aquel ya lejano torneo de invierno.
El par de juegos finales disputados primero en el Estadio Azul y después en el Nou Camp marcarían una de las finales más cardiacas de la historia de la Liga MX, pues no fue una definición como otras, ni una en la que los goles la caracterizaron; fue la pasión, entrega y nerviosismo que erizó la piel no solo de sus protagonistas, la que volvió a esta final legendaria.
Esta emblemática definición del título quedó grabada en la memoria de millones de fans, no solo por la octava estrella celeste, sino por la certera patada que el portero David Comizzo le propinó al delantero mexicano dejándole el rostro con un gran corte que llenó de sangre su cara.
Para los más esotéricos aficionados, esta final también representó el inició de una maldición, la de escasez de títulos, misma que para muchos fue vaticinada por la cara y camiseta de su ídolo manchada de sangre, algo que curiosamente hoy en día, por reglamento, no sería permitido.
Histórica por donde se le mira, esa final fue, al menos por un par de décadas, el inicio de una larga época de “sufrimiento” y bullying futbolero hacia el club capitalino que pasó 23 largos años sin levantar la copa; una maldición que por fortuna llegó a su fin en el primer semestre de 2021.
El campeonato celeste de 1997
En aquel torneo de Invierno 1997, tanto Cruz Azul como León llegaron a la final siendo los primeros de sus grupos; cabe recordad que por aquellos años el formato de la liga era diferente, se jugaban 17 jornadas y los equipos se dividían en 4 grupos, los calificados a la Liguilla se acordaban de esta forma en lugar de la tabla general de la actualidad.
El camino a la final de ambas escuadras no fue fácil, por un lado León despacho al temible Toros Neza; así como al América a quienes se impusieron de forma sorpresiva.
Mientras que Cruz Azul primero pasó por encima de unos zorros del Atlas que no opusieron mucha resistencia (5-1), y tras una disputada semifinal en contra del Atlante de Miguel Mejía Barón que los puso a sufrir.
Ambas finales, tanto la de ida como la de vuelta fueron cardiacas; en el primer juego disputado en el Estadio Azul los locales se impusieron por la mínima con anotación de Benjamín Galindo.
Para el juego de vuelta en el Nou Camp de León pese a tener unos primeros 45’ minutos donde oportunidades para ambos equipos tuvieron oportunidad de mandar el balón al fondo de las redes, el encuentro se fue al descanso con el marcador empatado a ceros.
El global fue empatado por los Panzas Verdes desde los botines de Misael Espinosa quien con un disparo de volea cruzado venció a Oscar “El Conejo” Pérez, la suerte de los cementeros pudo ser diferente si los delanteros de La Fiera no hubieran errado tantas de cara a gol.
Con el marcador empatado al final de los 90 minutos, los tiempos extras fueron inevitables, por lo que el campeonato se definió en el formato de gol de oro.
Con las pasiones y el ánimo encendido los jugadores sobre el terreno de juego disputaban a muerte cada balón, aprovechando el cansancio de los locales, Cruz Azul mando a la cancha a un habilidoso Juan Francisco Palencia, quien de inmediato comenzó a desconcertar a la zaga rival hasta mandar un gran centro a Carlos Hermosillo, el gol parecía inminente pero en escena apareció David Comizzo.
En esa misma jugada, el impulsivo guardameta de León salió por la pelota dividida llevándose de paso al “Gigante de Cerro Azul”, dejando para la historia una de las jugadas más infames del futbol mexicano, pues fue por demás evidente la mala intención del portero esmeralda al propinarle una artera patada con sus tachones al rostro del delantero mexicano.
La fuerte patada de Comizzo ensangrentó el rostro del delantero mexicano y por increíble que parezca tras ver las imágenes, el arquero felino no fue expulsado por el árbitro Eduardo Brizio, quien sí concedió la pena máxima para la causa de los de la Noria.
Ya desde los once pasos y con el rostro cubierto de sangre, Carlos Hermosillo se vistió de gloria al anotar ese gol del triunfo que dio a Cruz Azul su octavo campeonato.
Los números de Hermosillo
A lo largo de su carrera profesional Carlos Hermosillo supo ganarse el mote de leyenda, no solo defendiendo la camiseta a nivel de clubes, sino también con sus destacadas actuaciones con el conjunto nacional.
Curiosamente el destacado jugador y goleador de la “Máquina” surgió de las filas del odiado rival, el América. Las tres mejores temporadas de Carlos fueron en 1993-94, 1994-95 y 1995-96, cuando marcó 27, 35 y 26 goles respectivamente para Cruz Azul, colocándose a la postre en el máximo goleador de este equipo. A pesar de que jugó la mayor parte de su carrera en México, tuvo un paso por el extranjero donde defendió los escudos del Standard Liege de Bélgica en la temporada 1989-90. Y en los Estados Unidos al Galaxy de Los Ángeles.
Con la selección mexicana disputó dos Copas del Mundo, siendo parte del histórico conjunto que ha disputado el anhelado quinto partido en el Mundial 1986, fue campeón de liga con América, Cruz Azul y Necaxa y fue campeón goleador en tres ocasiones.
Se retiró del fútbol profesional en 2002 y para 2003 ingresó a la CONADE como Subdirector del Deporte, durando en ese cargo hasta el 2006 cuando se integra al equipo del entonces presidente Felipe Calderón, como titular de la CONADE.
Sus goles
Sin duda Carlos Hermosillo es un histórico del balompié mexicano no por nada posee el honor de ser estadísticamente el máximo goleador mexicano en la historia de la Primera división mexicana. A continuación te dejamos una muestra de sus anotaciones:
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