JOHAN CRUYFF

Johan Cruyff, el recuerdo de una leyenda, a cinco años de su partida

El tulipán holandés hizo época con Ajax y Barcelona y tuvo un corto pasaje por Chivas

DEPORTES

·
Johan Cruyff, el recuerdo de una leyenda, a cinco años de su partida. Foto: AFPCréditos: Foto: AFP

A cinco años de su fallecimiento, el futbol sigue extrañando a Johan Cruyff. El holandés murió el 24 de marzo de 2016 en Barcelona, una de las ciudades donde se convirtió en leyenda del futbol, primero como jugador y luego como entrenador.

Su recio y fuerte carácter no aguantó las consecuencias de sus problemas cardíacos y respiratorios que lo aquejaron durante muchos años, donde el cigarrillo fue uno de sus fieles compañeros y en más de una ocasión ese vicio estuvo a punto de provocarle la muerte.

Desde niño, Cruyff fue un tipo distinto, por su carácter y mentalidad. La temprana muerte de su padre, cuando apenas tenía doce años, lo marcó para siempre y lo hizo salir adelante para ayudar a su familia a persistir en los momentos difíciles.

Pese a que su madre supo agradecer que Johan dejara la escuela para trabajar y llevar dinero a la casa, siempre supo que el destino de su hijo estaría en una cancha de futbol y el Ajax, club donde trabajaba fue la primera escala del que años después sería nombrado el Mejor Jugador Europeo del Siglo XX.

Johan jugador

Johan Cruyff llegó al Ajax en 1960 y cuatro años más tarde debutaría en la Primera División holandesa apenas a los 17 años. Ganó 15 títulos en total con el conjunto que lo vio nacer, seis de ellos en la liga local. Y regresó ahí durante la década de los ochenta, en la parte final de su carrera como jugador que le dio además tres Balones de Oro.

Nunca tuvo una posición fija. Siempre te sorprendía en el campo y aparecía en el área desde el lugar más oculto, gracias a su velocidad, convirtiéndose en un maestro del engaño.

Pero más allá de los galardones, su fuerte físico y gran técnica, se ganó el respeto del mundo futbolístico al poseer una personalidad pocas veces vista y se convirtió en el líder de un sistema de juego que se quedaría en la historia: el Futbol Total de La Naranja Mecánica.

Con la guía del entrenador que se convertiría en su padre futbolístico, Marinus Michels, Cruyff logró a lado de sus compañeros de selección, que también tenían un grado de protagonismo sobre el césped, el subcampeonato del mundial Alemania 1974, y impuso una forma de concebir el futbol donde todos atacaban y defendían a lo ancho y largo del campo.

Esa misma fórmula, que llevó casi a la perfección el Ajax y el equipo holandés, la implementó años más tarde a lado de Michels en el Barcelona, con un sello que el cuadro blaugrana tiene desde entonces en su primer equipo.

También apareció el Cruyff rebelde, que no se quiso quitar el número 14 de su camiseta, en contra de las costumbres de la época, y que decidió no asistir a la Copa del Mundo de Argentina 1978 en protesta a la dictadura de Jorge Rafael Videla en el país sudamericano.

Cruyff entrenador

Cuando decidió cambiar los botines por el banquillo, Johan Cruyff dio muestras de que su carácter desafiante no desaparecería en su nueva faceta de entrenador.

El Tulipán de Oro, como también se le llamó, se negó a hacer el curso de estratega que dictaba la FIFA, ya que argumentó, “a mí nadie me puede enseñar de técnica”, y sin importarle las formas, empezó su nuevo camino detrás de la línea de cal al frente del Ajax en 1986, donde ganó tres títulos, incluyendo una Recopa de Europa.

En 1988 cayó de nuevo en el Barcelona, donde tardó cuatro años en ganar su primera Liga de España, pero le regresó ese sello especial que había perdido sobre el campo de juego, con el toque preciso y la forma de presionar al rival, con jugadores de primera línea salidos en gran medida de la cantera y que se ganó el mote de Dream Team.

Obtuvo 11 títulos en ocho años en el cuadro culé, donde sobresale la primera Liga de Campeones de Europa de la historia del club en 1992, fueron la consecuencia de ese futbol que se ganó la admiración del mundo.

La vida después de la gloria

Las consecuencias por sus padecimientos físicos y el estrés al que fue sometido lo orillaron a retirarse del cuadro catalán en 1996, que a partir de ahí lo tomó como leyenda y miembro honorario.

Jamás volvió a sentarse en un banquillo, salvo cuando la Selección de Catalunya lo llamaba para partidos especiales.

El Instituto Johan Cruyff hizo su aparición en varias partes del mundo y en México se le recuerda al holandés por su breve paso como asesor deportivo de Chivas en 2012, donde impuso a su gente y entre otras cosas, convenció al dueño y presidente, Jorge Vergara, de cambiar el pasto artificial de su Estadio por el natural, siendo hasta la fecha su aportación más destacada.

El proyecto duró menos de un año ya que las diferencias entre la gran figura y el mandamás no pudieron solventarse. Pidió tiempo para trabajar y plasmar sus ideas, pero eso fue lo que menos tuvo. Un día lanzó la advertencia de que “un equipo grande no puede ganar un título cada 10 años, ni tres cada 40”. Y ahí terminó la historia.

Su mejor legado sigue siendo la forma de ver el futbol que siempre transmitió y todos aquellos que lo siguieron, y lo siguen haciendo.

Por: Oscar Zamora

dgp